La asociación cordobesa de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica (Acofi y SFC) denunció ayer, con motivo del día mundial de estas patologías, que es el 12 de mayo, el «retroceso» que supone que la unidad del dolor del hospital Reina Sofía esté dejando de prestar tratamientos que se administraban a numerosas pacientes con estas dolencias, alegando que no existe evidencia científica para esta asistencia. La presidenta de Acofi, Encarnación Sarriá, expuso, en una de las mesas informativas instaladas ayer por esta asociación en Córdoba para concienciar sobre la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, que desde que se jubiló el director de la unidad del dolor, Eliseo Collazo, cuando progresivamente han ido agotándose los tratamientos de ozonoterapia, infiltraciones o acupuntura que tenían prescritos las pacientes se les ha ido comunicando por responsables de la unidad que ya no se les dará este tipo de asistencia. Sarriá indicó que pacientes, que en algunos casos llevan hasta cinco años beneficiándose de esta prestación, nos transmiten su pesar al no poder seguir recibiendo estos tratamientos en la sanidad pública, porque el coste privado de estas terapias es muy elevado.

Ante esta queja, la dirección del Reina Sofía replicó que «se administrarán en la unidad del dolor los tratamientos cuya eficacia haya sido científicamente demostrada en pacientes con fibromialgia» y aseguró que «seguirán tratándose los pacientes que hayan respondido satisfactoriamente a estos tratamientos». El hospital añadió que «se continuará el circuito fijado en el proceso asistencial de fibromialgia, que se centra en atención primaria, y se derivará a atención hospitalaria para que cada paciente, de manera individualizada, reciba la asistencia que precise». Además, el Reina Sofía resaltó que Acofi ya ha sido informada por la dirección del centro de esta situación.

Encarnación Sarriá lamentó que «al no existir en Córdoba una unidad de referencia hospitalaria de fibromialgia ni haberse implantado el proceso asistencial, como hace años se comprometió la Consejería de Salud, sigue habiendo profesionales sanitarios que no creen en la existencia de la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica, ni tampoco en tratamientos rehabilitadores que pueden combatir el dolor físico que sufren estas personas y prefieren limitarse solo a que sea abordada en los centros de salud mediante la receta de fármacos, cuando nosotras no queremos tomar tantas pastillas».