Los aproximadamente 100.000 alérgicos cordobeses al polen de olivo y al de gramíneas se enfrentan desde hace unos días a las crecientes concentraciones polínicas de ambos cultivos. A pesar de que esta primavera la floración tanto del olivo como de las herbáceas se prevé algo menos intensa, según señala la coordinadora de la Red Española de Aerobiología, Carmen Galán, debido a la escasez tan importante de precipitaciones, la lluvia caída en abril ha permitido una pequeña recuperación. El 28 de abril ya se anotó un primer pico de polen de olivo de 1.200 granos por metro cúbico, lo que fue muy representativo, pues los alérgicos a este polen ya presentan síntomas con solo 100 granos por metro cúbico. Por su parte, el polen de gramíneas está empezando a subir ahora y ya habido concentraciones de 300 granos por metro cúbico, cuando con 50 granos los alérgicos presentan sensibilidad.

En estos días de más polen numerosos pacientes asmáticos también se ven afectados, pues gran parte de unos 40.000 cordobeses que presentan esta enfermedad crónica también sufren alergia respiratoria a uno o varios pólenes. La coordinadora de la REA prevé que en la segunda quincena de mayo (para San Isidro y las numerosas romerías y fiestas de este mes en la provincia, lo que incluye la Feria de Córdoba) puedan registrarse los valores más altos de polen de olivo, concidiendo con la floración de los olivares de la Subbética, que son más tardíos. Para la última semana del mes esta experta contempla a su vez los niveles más elevados de polen de gramíneas.

El especialista de la unidad de neumología y alergias pediátricas del hospital Reina Sofía Javier Torres apunta, con motivo hoy del día mundial del asma, que en el Reina Sofía, en colaboración con atención primaria, se realiza seguimiento anual a unos mil niños asmáticos, la mayoría asociados a rinitis (con o sin conjuntivitis y con una causa alérgica (80% del total). Torres precisa que en el Reina Sofía, así como en los hospitales de Cabra y Pozoblanco se atienden los casos de asma infantil más complejos, aunque el gran grueso son asistidos en sus centros de salud.

En Córdoba, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay unos 114.000 niños de 0 a 14 años, de los que en torno al 10% sufre asma, alrededor de once mil. Torres explica que en el desarrollo del asma se unen un componente genético y otro ambiental. Los niños con asma tienen frecuentemente familiares con asma, rinitis o alergia a alimentos. En lo que concierne al componente ambiental, tiene varias facetas, (nuevos hábitos de vida, alimentación, contaminación, mayor polución, abuso de los antibióticos, sedentarismo y mayor exposición a alérgenos entre otros). Este componente ambiental influye sobre el sistema inmune de las personas asmáticas alérgicas, que responden de forma exagerada frente a sustancias que deberían ser inocuas, como los alérgenos de interior (ácaros, epitelio de los animales) o exterior (pólenes u hongos). Además, existen desencadenantes de crisis de asma, como las infecciones respiratorias por virus, el ejercicio físico o la exposición irritante al aire frío o al humo del tabaco.

Este experto resalta que por ahora no se ha estudiado el efecto que puede tener sobre el asma los productos derivados de los plásticos, como ftalatos o el bisfenol A. Javier Torres recalca que el tóxico que más importancia tiene en el asma es el tabaco, ya que contiene numerosas partículas dañinas para los bronquios, en especial los de los niños asmáticos, «Muchos padres nos dicen en consulta que no fuman delante de sus hijos y que no los exponen al humo de segunda mano, pero las partículas del tabaco se depositan en las prendas de ropa, pelo y muebles de la casa y constituyen el humo de tercera mano, que también es dañino. Por otro lado, la exposición a irritantes para las vías respiratorias procedente de productos químicos (pinturas o artículos de limpieza) puede desencadenar a su vez crisis de asma», añade este doctor.