El pasado 29 de noviembre, el Castillo de los Sotomayor, más conocido como el Castillo de Belalcázar, abrió sus puertas al público después de la restauración acometida por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

La apertura fue posible dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio Histórico y permitió el acceso a la fortaleza de unas 300 personas en grupos de 50 visitantes. La visita, que suscitó el interés de numerosos ciudadanos, tenía una duración de una hora y cuarenta minutos aproximadamente.

El recorrido comprende el entorno al castillo, el centro de recepción de visitantes, el patio de armas y la subida a la torre. Durante la visita, el guía mostró a los visitantes el recorrido mediante pinceladas y reseñas de la evolución histórica del castillo, el sistema constructivo y la intervención de consolidación y puesta en valor.

La delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Cristina Casanueva, explicó que «se está trabajando en la organización conjunta con el Ayuntamiento del municipio en la apertura extraordinaria a principios de año para que puedan conocer el castillo aquellas personas que no hayan podido acceder a las visitas de las jornadas de patrimonio».

Casanueva explicó asimismo que la puesta en valor del castillo, uno de los más relevantes de Andalucía, en el que se ha invertido cerca de un millón de euros por parte de la Consejería de Cultura y Patrimonio, «va a suponer un gran revulsivo para Belalcázar, que ya cuenta con un legado cultural de primera magnitud. La apuesta cultural de la Junta, tanto en este monumento como en otros realizados con anterioridad, contribuye a la reactivación económica de esa zona de la provincia en base a una proyección turística de calidad».

El Castillo de Belalcázar está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y dicha protección afecta tanto al castillo como al recinto amurallado, también conocido con otras denominaciones, como Castillo de Gahete en un primer momento, y posteriormente como de los Sotomayor, por ser dicha familia nobiliaria la que patrocinó su construcción en el siglo XV.

Tipológicamente está vinculado a los castillos señoriales castellanos de la Baja Edad Media. Presenta una estructura cerrada envuelta mediante lienzos murarios y torres, entre las que destaca la del Homenaje, y dispone de un patio de armas con funciones de carácter residencial. Tiene planta cuadrangular protegida por ocho torres.