El PSOE y Ciudadanos alcanzaron en septiembre un acuerdo para la reforma del impuesto de sucesiones y donaciones en Andalucía -muy protestado en la calle- que permite la casi eliminación de este gravamen y garantizaba los presupuestos de 2018, al contar con el apoyo de la formación naranja para sacar adelante las cuentas. El pacto supone situar el mínimo exento de padres a hijos en sucesiones en un millón de euros por heredero, lo que significa que el 95% de los andaluces no tiene que pagar este impuesto, mientras que del impuesto de donaciones quedan exentas las de un millón de padres a hijos con la condición de que estas vayan dirigidas a crear empresas o puestos de trabajo. La reforma fiscal implica también incrementar las reducciones autonómicas ya existentes de las bases imponibles de contribuyentes herederos con discapacidad, con lo que el impacto para las arcas andaluzas de las tres medidas supone unos 90 millones de euros. Para defender el acuerdo, Juan Marín, líder andaluz de Ciudadanos, aseguró que con el mismo Andalucía «deja de ser» la comunidad en la que más impuestos se pagan y puso como ejemplo una comparación con la de Madrid, donde está bonificado al 99% el impuesto de sucesiones. «En Madrid, hoy, por 900.000 euros de herencia se pagan 9.000 euros. En Andalucía con esta reforma se pagarán cero euros», enfatizó.

A final de noviembre, el pleno del Parlamento de Andalucía aprobó con el apoyo del PSOE y Ciudadanos los Presupuestos de la Junta para el 2018, que ascienden a 34.759 millones de euros.