España es un país de tradiciones. Al igual que muchos otros, la propia población de un país tiene una serie de tradiciones, conductas o normas que ha ido heredando con el paso del tiempo y que conforman su idiosincrasia. En este sentido, se define una gastronomía, unos hábitos culturales entre los que encontramos por ejemplo los festejos populares o la forma de llevar el día a día.

La forma de vida, también tiene bastante incidencia en esto y es que en España, los ciudadanos estamos acostumbrados y vemos como normal, ser propietarios de nuestro piso. Parece ser que vivir de alquiler todavía es algo que la población no se plantea a largo plazo, sin embargo, empieza a ser más habitual debido a una serie de circunstancia como, por ejemplo, el aumento del precio de los pisos en determinadas zonas, como en el caso que da título a este artículo, los pisos en Marbella.

La situación inmobiliaria en Marbella

Tal como vemos en la página web de Trovimap, si se echa un vistazo a los precios de la vivienda en Marbella nos podremos dar cuenta de cómo ha ido aumentando el valor de los mismos con el paso del tiempo. Esto, unido a la precariedad laboral que existe y al poco aumento de los salarios, hace que hoy en día tener en una hipoteca sea, cuanto menos, una aventura de bastante riesgo.

Debido a esto, nos encontramos con diferentes encuestas en las que podemos ver cómo cada vez es más popular, sobre todo entre los más jóvenes, empezar a vivir de alquiler. Pese al aumento de estas cifras, todavía estamos lejos de los porcentajes de otros países de la Unión Europea donde esta costumbre está más arraigada y se ve con más normalidad poder llegar a vivir toda una vida de alquiler.

El alquiler como nueva forma de vida: ventajas e inconvenientes

Si tu situación económica es boyante, o cuanto menos estable, invertir en comprar pisos para alquilar es una garantía de que los vas a tener ocupados. Como decimos, cada vez se está instaurando un poco más esta forma de entender la vida y parece ser que. a cierto sector de la población. le empieza a parecer más interesante el poder gastar algo más de dinero al mes para llevar un ritmo de vida algo más elevado, sin tenerse que preocupar de una hipoteca.

Aprovechar estas oportunidades como empresario o inversor hace que se abra ante nosotros una nueva oportunidad de negocio, derivada de las necesidades de la población.

Por la parte que se refiere a los usuarios, el disfrutar de un alquiler también tiene muchas ventajas. Entre otras cosas, como hemos dicho anteriormente, el gasto es mucho menor que el derivado de una hipoteca por lo que se puede invertir ese dinero que nos ahorramos por ejemplo en un coche, o en disfrutar de un ritmo de vida más elevado.

Para vivir de alquiler, no hay que hacer un desembolso inicial grande ni disponer de dinero ahorrado para poder empezar a hacer frente a los gastos. Aparte, el papeleo a realizar será menos frecuente y con toda probabilidad, según el tipo de contrato, no habrá que hacer frente ni a gastos de comunidad ni otros.

Otra de las ventajas de vivir de alquiler es que no estamos atados a ningún tipo de contrato a largo plazo, por lo que podemos cambiar de casa siempre que creamos oportuno.

Sin embargo, no todo son ventajas. Uno de los principales inconvenientes que se presenta con esto es la imposibilidad de hacer reformas en la vivienda pues, sin la autorización del propietario, no podremos empapelar una habitación o pintarla de ese color que tanto nos gusta.

Otro inconveniente que hay que tener en cuenta es la pérdida de todas las mejoras que hagamos al piso si lo abandonamos. Esto es bastante claro y básicamente el problema radica en invertir en un bien, que no se trata de nuestra propiedad. Pese a que estas mejoras las estemos disfrutando el tiempo que estemos viviendo allí, se quedarán en el mismo lugar el día que decidamos cambiar de piso y no nos las podremos llevar con nosotros. Tenemos que verlo como una inversión para mejorar nuestra comodidad pero de la que probablemente no podamos disfrutar a largo plazo.

Nos encontramos ante el problema de que el piso de alquiler nunca será nuestra propiedad. Esto quiere decir que, pese a no tener una hipoteca, tendremos que estar pagando el precio de estar usando dicha casa y generalmente los alquileres suben año tras año, sobre todo, si tenemos en cuenta que cada vez más gente encuentra en estos alquileres la alternativa para salir adelante.

En definitiva, tenemos que pensar que vivir de alquiler, pese a que no esté dentro de nuestras costumbres, es una posibilidad que coge más fuerza con el paso del tiempo. Tal vez, sacar provecho de las ventajas que tiene nos puede servir para, por ejemplo, adelantar la edad de emancipación o para poder hacer frente de una mejor manera a todos los gastos.

Desde luego es una alternativa bastante más económica de la que siempre estaremos a tiempo de salir.