-¿Qué supone para Montoro conmemorar medio siglo de su declaración de Conjunto Histórico?

-Como decía en la declaración institucional en Montoro, no se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír. El pueblo de Montoro siempre ha estado trabajando, innovando, haciendo sus cosas a sus modos y costumbres. El trasiego de personas por sus calles hace que la ciudad se encuentre viva. El silencio que dormita en sus rincones cubre de misticismo el paso de los años. En ocasiones la vejez es buena consejera, goza de buena salud, como así lo vemos en este Montoro tan pintoresco y artístico. No es nada extraño que ya en los años sesenta el Ministerio sugiriera a los montoreños que su pueblo, nuestro Montoro, debía de ser protegido con una Declaración que amparara a ese urbanismo, a esas casas blancas, ese color rojizo típico. Sus gentes, sus rincones, sus plazas. Sus casas blancas, su Puente Mayor, su torre parroquial. Su historia, su arqueología, lápidas e inscripciones. Esas casas solariegas repletas de columnatas y patios con pozos y aroma a fresco. Leves evidencias de castillos defensivos y cientos de cosas aún dentro del tintero que escribe con letras de oro la historia de nuestro pueblo.

-¿Qué ha significado para Montoro a nivel turístico este reconocimiento?

-Tres son los elementos que suelen aparecer en los Conjuntos Históricos y que los diferencian de los demás : el paisaje del entorno en el que se encuentran, su evolución histórica y un casco urbano peculiar, relacionado con la economía y el medio natural de la zona y que ha acrecentado nuestro emplazamiento singular. Estas circunstancias y la diversidad cultural son elementos influyentes unidos a una gran gastronomía, a la DOP Montoro-Adamuz, la declaración Star-Life, monumento natural del meandro del Guadalquivir a su paso por Montoro...

-¿Qué hace diferente a Montoro con respecto a cualquier otro lugar de mundo?

-Son muchos los escritores y paisanos que han defendido nuestro pueblo en sus escritos, poemas y prosas, y por eso creo que en esta declaración institucional debe de traerlos al presente, recordarlos y que sean protagonistas para todos los presentes y futuros ciudadanos conozcan lo que ya se ha venido diciendo en otras épocas, como bien defendió Santiago Cano López en sus hojas informativas: “... Hay que sentir a Montoro como si fuera un álbum familiar, porque nos guste o no, hermanos somos todos los hombres, los de ayer, los de hoy, y los de mañana....” Y es que dentro de la silueta de Montoro existen diferentes horas donde el silencio reina por todos los espacios de la localidad. El anochecer llena de magia el pueblo, el amanecer arranca con los primeros pasos de trabajadores y trabajadoras, con los primeros cantos de pájaros y de esos típicos gallos del corral de algún vecino. Ese silencio que recuerdo en las palabras de nuestro cronista oficial, José Ortiz García, en una de sus publicaciones: “... Montoro es un pueblo con alma. Es un pueblo vivo, ágil, que trasmuta con las civilizaciones. Es un lugar donde el espíritu de sus calles abraza a todo viajero para guiarle el camino, invitarle a compartir sus silencios, a escuchar los pasos de sus ancestros. Es un pueblo que en los inviernos se pierde en nubes, entre pensamientos, porque no puede ser que un pueblo tan bello, no sea capaz de rozar el mismo cielo...”

-Arte e historia hacen mención a un espacio estructurado en un meandro encajado formado por el río Guadalquivir, que además es Monumento Natural. ¿De qué manera se complementan estas dos declaraciones?

-Montoro es un pueblo con tanta historia que no es de extrañar que cada año que pase, sea un año especial para celebrar una fecha de calendario importante. El capricho ha querido que además este año también nos unamos al treinta cumpleaños del Parque Natural de Cardeña - Montoro, un parque con más vida que nunca, donde lince, lobo y águila pueden convivir. Este parque es, por tanto, un espacio en el que sus habitantes han sabido vivir en armonía con el medio natural, donde contrasta el paisaje rural de las aldeas con la aristocracia de Montoro y donde los usos tradicionales, la artesanía y, en los últimos años, el creciente turismo rural sustentan la economía de la zona.

-Y si le sumamos que es Parque Natural, ¿de qué manera puede afectar todo este cúmulo de cualidades al desarrollo turístico de su pueblo?

-Montoro es una ciudad para recuperar, monumentalizar y dar a conocer. Es un espacio donde sus casas colgadas no deben de envidiar nada a las conquenses, donde el meandro de nuestro río no entrará en disputa con el Tajo a su paso por Toledo, donde nuestro Retamar no es menos que Triana en Sevilla y donde nuestro escudos no envidian nada a muchos de los de Córdoba. Es como bien dijo Antonio Delgado García: “...Todas las ciudades son un dialogo con el tiempo...” Es indudable que las huellas dejadas en Montoro por el Patrimonio quedan vivas entre sus vecinos y sus gentes, ya que por cualquier rincón que paseemos asistimos al adorno de un escudo que se solapa en el dintel de una vivienda, a una casa solariega erigida con piedra molinaza, a una pequeña ermita que se asoma a la vía pública o edificios civiles como el Ayuntamiento, Arco de la Cárcel, fachada del Pósito o las Tercias Catedralicias.

-¿Cómo se están implicando los colectivos en la celebración del 50 Aniversario de Conjunto Histórico?

-El Ayuntamiento y los colectivos deben de ser los padres de cuidar la ilusión a sus convecinos para que en cada evento de estas características el pueblo se implique, el pueblo sea conocedor de lo importantes que es velar por su arte, por su cultura, por sus costumbres y por su historia. Y se han implicado de manera importante y especialmente la Asociación del Patrimonio Cultural y Natural de Montoro.

-¿Qué invitación formularía a los lectores de Diario CÓRDOBA con motivo de esta conmemoración histórica?

-Donde vive una familia se suele construir una casa, muchas familias hacen una calle. Varias calles crean una barriada, varios barrios un pueblo. Este es nuestro Montoro, donde cientos de años han conformado su estructura, su forma, su relieve. Calles por donde han sonado sones de culturas judías, cristianas, musulmanas. Un crisol de civilizaciones ibéricas, romanas, visigodas, árabes. Montoro es un pueblo que hoy como hace cincuenta años tiene identidad, tiene presencia, tiene fuerza y carácter.