-Esta es la segunda vez que acude a un acto de la Comunidad Ahmadía del Islam. La primera fue en la conferencia de paz del pasado mes de marzo y ahora a la Yalsa Salana. ¿Qué sensación se lleva?

-Me llevo una grata impresión. Con tanta masa de gente, ver lo bien que está todo programado y la atención que te dispensan es impresionante. La verdad que la Comunidad Ahmadía preconiza lo que siente. Tolerancia, respeto y unos valores que deberíamos tener en cuenta las distintas religiones. Me llevo la misma impresión que cuando estuvimos en la conferencia de paz, pero más masificado y muy bien estructurado.

-¿Considera ejemplar a esta comunidad?

-Sí. Porque dentro de las ramas que tiene el Islam, esta comunidad, procedente de Pakistán, tiene unos valores de los que todos deberíamos tomar nota. El mundo del Islam lo vemos como algo peligroso o percibimos cierto miedo cuando nos lo nombra, cuando verdaderamente no debe ser así. Esta comunidad es un ejemplo de amor, de acercamiento al prójimo, de darse a los demás. Al fin y al cabo son los valores espirituales de todas las religiones. En esa línea deberíamos ir todas las instituciones y países porque si todos fuésemos en la misma línea, obviamente muchas cosas de las que ocurren en el mundo no pasarían, indistintamente de las creencias de cada uno.

-¿Qué le inspira el jalifa de la comunidad, Azrur Ahmad?

-Me inspira tranquilidad, paz, sosiego, valores… Su discurso y su mirada indican mucho. Es una persona noble. También te transmite la preocupación por el mundo. Recuerdo que le preguntó sobre la amenaza latente de una guerra nuclear y comentaba que había países que estaban armados y que en cualquier momento podían darle al botón. Pienso que Azrur transmite unos valores que inspiran la confianza y tranquilidad de una Santidad.

-¿Le cambió el concepto del Islam antes de conocer a esta comunidad?

-Totalmente. Hasta que no lo percibes, lo vives y lo comprendes un poco te cambia el concepto. El Islam lo tenemos asumido como algo peligroso tras los atentados terroristas de ramas radicalizadas, pero el Islam no es eso. El Islam lo representan personas como nosotros, con unos valores muy grandes, con tolerancia, respeto y con darse a los demás. Hablamos con ellos y son gente afable, muy correcta y muy agradecida de que estemos aquí. Ellos se quieren mostrar al mundo como quieren que los veamos, con esa naturalidad tan real que tienen.

-Por último, ¿qué opina de sus valores formativos?

-La formación, el conocimiento y la búsqueda de oportunidades para conseguir un mundo mejor es fundamental. Esa apuesta que tienen por la enseñanza y la educación siempre viene bien para construir un mundo mejor, porque desde la comunicación y la formación, y desde el conocimiento universitario, podemos aspirar a más en el mundo.