Los daños por agua son una de las reclamaciones más frecuentes a las compañías de seguros. Un grifo abierto, una cañería que se rompe y causa una inundación en la casa, un radiador que pierde y estropea el parquet… son situaciones típicas con las que podemos encontrarnos y que pueden representar un grave problema si no disponemos de un seguro de hogar.

Las pólizas de hogar contemplan entre sus coberturas los desperfectos ocasionados por el agua tanto en el continente (estructuras) como en el contenido (muebles y objetos instalados en el interior del domicilio). Sin embargo, existen exclusiones que deben tenerse en cuenta. Por ello es importante estudiar detenidamente los daños por agua en el seguro de hogar, y analizar pros y contras antes de estampar nuestra firma.

Averías causadas por el agua que cubren los seguros de hogar:

1. Grifos abiertos

Los grifos que se quedan abiertos pueden causar perjuicios importantes para el asegurado, principalmente en mobiliarios de madera o parquet. Pero también pueden ocasionar problemas en el vecino de abajo, como humedades en el techo, desconchados en la pintura, grietas, etc. Todos estos inconvenientes quedan cubiertos por la póliza de hogar, por lo que el asegurado no ha de hacerse cargo de ningún coste de reparación.

2. Tuberías rotas

Otros posibles problemas con el agua son la ruptura de tuberías y esas fugas imperceptibles que provocan manchas de humedad en el domicilio o en la casa de algún vecino colindante. Por lo general, el seguro cubre los gastos de reparación, incluido el trabajo de albañilería para descubrir la tubería dañada. Sin embargo, hay que tener cuidado con el origen de la fuga. Si el problema se debe a un accidente o avería fortuito, no habrá problema, pero si se deriva de una falta de mantenimiento, la póliza no se hará cargo de los gastos.

3. Radiadores que pierden

Algunas pólizas de seguro cubren los daños derivados de las fugas de agua de un radiador, por ejemplo los desperfectos en el parquet.

4. Fenómenos meteorológicos

Los temporales de lluvia, nieve o granizo pueden ocasionar desperfectos en las viviendas, como la rotura de cristales, daños en persianas, etc. Los seguros de hogar suelen cubrir estos aspectos, siempre y cuando los fenómenos meteorológicos sean de carácter extraordinario, anormal o atípico.

Algunas compañías incluyen también en sus coberturas los efectos de la rotura de acuarios, termos o depósitos, duchas, váteres o bidés.

Cómo reclamar los daños

Para hacer frente a una reparación causada por el agua, lo primero que se ha hacer es contactar con la aseguradora, ya sea a través del teléfono de atención al cliente o mediante el servicio de averías urgentes, si es que lo hubiera. En la conversación telefónica deberá aportar datos del siniestro, como localización, circunstancias y factores causantes. También se le pedirá una evaluación aproximada de los daños e incluso fotos de los desperfectos.

Exclusiones en las coberturas

A la hora de contratar el seguro, vale la pena leer con atención las exclusiones para no llevarnos sorpresas. Aunque en un principio podamos pensar que hemos contratado una póliza muy completa, siempre existen aspectos que quedar fuera de la cobertura. Los más habituales son los siguientes:

  • Desatasco de tuberías, arquetas o canalizaciones obstruidas. Si se nos atasca un váter o alguna canalización y se inunda la vivienda, el seguro cubrirá los desperfectos, pero no se hará cargo del desatasco ni del servicio de cuba, si fuera necesario.
  • Congelación de tuberías o depósitos. Si se congelan las tuberías por el frío y se revientan, la compañía de seguros no se hará cargo de la reparación.
  • Fugas que no causen daño a la vivienda. Supongamos que nos llega una factura de agua desorbitada. La suministradora nos avisará de que probablemente tenemos una fuga de agua, pero la compañía de seguros no se hará cargo de localizarla ni de repararla. Al no existir daños visibles, el seguro no intervendrá.
  • Corrosión o deterioro de tuberías. Cuando se detecta un deterioro generalizado de las conducciones de agua de una casa, por lo general las compañías se encargan de localizar y sustituir un metro de tubería. El resto, corre a cargo del asegurado. Este extremo es importante porque si se producen averías posteriores y el propietario no ha reparado la totalidad de la instalación, el seguro no se hará cargo de los daños.
  • Cuidado con los grifos abiertos. Aunque la mayor parte de seguros cubren los daños ocasionados por un grifo abierto, algunas ponen limitaciones. Por ejemplo, si la vivienda ha estado vacía más de 72 horas, es posible que alguna compañía ponga impedimentos para pagar.
  • Averías en canalizaciones externas. El seguro suele cubrir posibles desperfectos desde la toma de agua hacia el interior de la vivienda. Los daños que se puedan producir a causa de averías externas no correrían a cargo de la póliza.
  • Pisos alquilados. Cuidado con los pisos destinados al alquiler. Si tenemos una avería con el agua y no hemos comunicado a la compañía que el piso está alquilado, es posible que nos encontremos con algún problema a la hora de reclamar.