El juicio contra los cuatro integrantes de La Manada por presuntos abusos sexuales a una joven de Pozoblanco el 1 de mayo del 2016 comenzó este lunes 18 de noviembre en Córdoba en una jornada en la que los cuatro acusados -Alfonso Jesús Cabezuelo, José Ángel Prenda, Jesús Escudero y Antonio Manuel Guerrero- se declararon inocentes de los presuntos abusos, un delito contra su intimidad (al difundir las imágenes de los hechos a través de Whatsapp) y otro leve de lesiones en el caso de uno de ellos. Los cuatro se acogieron a su derecho a no declarar.

La joven víctima declaró el segundo día del juicio. Su abogado, Blas Arévalo, informó posteriormente que la chica afirmó en su declaración que no denunció «porque no recordaba lo que había pasado concretamente, y cuando tuvo conciencia de lo que había pasado sí que denunció».

La joven declaró a puerta cerrada y su letrado explicó que, a preguntas de las partes, manifestó que «en ningún momento sabía lo que había ocurrido dentro del vehículo ni sabía que la estaban grabando, ni había autorizado para las grabaciones que se hicieron ni permitió ni consintió el envío de estos vídeos a ningún grupo de chat».

En la tercera sesión se interrogó a los policías forales de Navarra. Uno de ellos explicó que el juez instructor de Pamplona les comisionó para viajar a Córdoba y tomar la denuncia de la víctima, con la que antes habían hablado por teléfono. El otro policía aseguró que «en el auto viene bien claro que analicemos todo el material, no nos indica en ningún momento que nos limitemos al 5 y el 6 de julio», en respuesta a preguntas de la defensa.

MUESTRAS DE APOYO

Mientras el juicio se desarrolla, la joven pozoalbense está recibiendo numerosas muestras de apoyo, la primera el lunes por la noche en Pozoblanco, en un acto organizado por la asociación de mujeres Ventana Abierta en el que además se leyó un escrito firmado por la madre de la joven en la que entre otras cosas le decía: «Te han tocado manos de lobos pero estas, estas manos, van a rodearte siempre, no lo dudes».