El templo parroquial de San Bartolomé ha vuelto a abrir sus puertas al culto este mes de octubre, después de permanecer cerrado a los feligreses desde el pasado mes de marzo. Durante este tiempo se han venido realizando diversas obras de rehabilitación. Coincidiendo con su reapertura, tomó posesión como nuevo párroco de San Bartolomé el sacerdote José María González Ruiz, designado en el mes de septiembre para tal cargo por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. Este encargo pastoral lo compaginará con el de párroco de Santa Catalina de la localidad y el de capellán de las Hospitalarias de Jesús Nazareno de la residencia de ancianos Jesús Nazareno de Pozoblanco. En la misma ceremonia tomó posesión de su cargo de vicario parroquial el reverendo José Natalino Rendo.

Las obras de mejora realizadas en la iglesia han consistido fundamentalmente en la renovación de la techumbre. Se ha sustituído el falso techo situado junto al presbiterio tras el derrumbe que sufrió, y se ha intervenido en diversas humedades encontradas.

Las obras de restauración fueron bendecidas en la misma ceremonia por Juan Luis Carnerero, vicario episcopal de la Sierra.

Tras la reapertura al culto de la iglesia de San Bartolomé, una de las imágenes más emblemáticas del culto religioso en Pozoblanco, la del Cristo de Medinaceli, ha vuelto a su lugar en esta iglesia para recibir las visitas de sus devotos, que durante el tiempo que han durado las obras se han tenido que realizar desde la ventana de la casa de hermandad de su cofradía, una de las de más entidad en la Semana Santa de Pozoblanco. Precisamente, los responsables de la cofradía han realizado diversas actividades para recaudar fondos destinados a las obras de la iglesia situada en uno de los barrios más populares del municipio. Han sido numerosas las personas que han querido colaborar para este fin.

La de San Bartolomé es la parroquia más joven de Pozoblanco, una antigua ermita convetida para tal fin en el año 1954. Data del siglo XIV y su interior, de una sola nave, se compone de cinco arcos de granito ligeramente apuntados sobre pilares de la misma piedra.

La primitiva ermita estaba orientada, como todas, con el altar hacia el este. Sin embargo, al ser convertida en parroquia, el primer párroco que tuvo -Francisco de Paula Ruiz-, señaló lo inapropiado de que una parroquia diera la espalda a su barrio. Ésa fue la razón por la que se procedió a cambiar su acceso por el actual.