El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cancelado la visita que los campeones de la NFL, los Eagles de Filadelfia, tenían previsto realizar a la Casa Blanca el martes 5 de junio. Es tradición que el campeón de la Super Bowl visite los estamentos del gobierno americano, pero las protestas de los jugadores contra del racismo han empañado dicha tradición.

De hecho, el comunicado que la oficina de la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca ha emitido para cancelar la invitación, argumenta que los campeones están en desacuerdo "con su presidente porque él insiste en que se pongan en pie para el Himno Nacional, mano en el corazón, para honrar a grandes hombres y mujeres de nuestra milicia y la gente de nuestro país". Algo que ya hace tiempo que muchos jugadores de la NFL, no solo de los Eagles de Filadelfia, no practican. La razón, el racismo existente en EEUU.

Una ceremonia diferente

En símbolo de protesta y desacuerdo, Los Eagles pensaban asistir con una delegación reducida al convite con el presidente. Y eso, tampoco ha gustado a la Casa Blanca, que en su comunicado a expresado que "los 1.000 fanáticos que planeaban asistir al evento merecen más". En honor a ellos, Trump ha asegurado que va a realizar una ceremonia diferente, "una que honrará nuestro gran país, rendirá tributo a los héroes que pelean para protegerlo y se escuchará con fuerza y orgullo el Himno Nacional". Esta ceremonia está programada a la misma hora, para que los fanáticos no se la pierdan.

Respecto la negativa de Trump se ha pronunciado el equipo, que en un comunicado ha asegurado estar trabajando los aspectos logísticos de la visita, considerándola " no únicamente como la oportunidad de ser reconocidos por los logros sobre el campo, sino también una oportunidad para comenzar un diálogo productivo con los líderes de este país". Esa es la postura oficial, la de los jugadores es otra. De hecho, Malcom Jekins, uno de ellos, ha prometido seguir protestando. "Esto no ha sido nunca sobre poner una rodilla, levantar un puño o el patriotismo de nadie sino sobre qué podemos hacer para propiciar un cambio real para la gente", ha declarado.

Su compañero Chris Long ha ido todavía más allá. Asegura que no hay polémica, que esta es solo por el "miedo" de Trump y que los propietarios de la NFL "no quieren a América más que los jugadores que están demostrando y tomando decisiones reales para mejorarla".

Segunda cancelación de Trump

Esta no es la primera ocasión en la que el presidente Trump retira la invitación de un deportista a la Casa Blanca. El año pasado ya negó la entrada de Stephen Curry a los estamentos del gobierno americano. En aquella ocasión lo hizo por las críticas del jugador a unas de sus declaraciones y porque el base los Golden State Warriors dudaba del acto oficial.

"Es una decisión que hay que tomar con cuidado por la magnitud del significado. Tenemos la oportunidad de mandar un mensaje que ojalá transmita unidad y nos ayude a apreciar lo que significa ser americano. Sea cual sea la opinión de cada uno, tenemos que aprovechar esta oportunidad. Votaré negativamente cuando nos reunamos. Pero es una decisión colectiva", decía el jugador.

Curry no asistió a la ceremonia y la lucha continuó, cada vez con más jugadores y equipos implicados.

Kaepernick, el impulsor de la protesta

Todo empezó el 27 de agosto del 2016 en el partido que enfrentaba al San Francisco 49ers frente al Green Bay. Como en cada encuentro, el himno nacional empezó a sonar por los altavoces del estadio y los jugadores se pusieron en pie. Todos menos uno, Colin Kaepernick. El 'quaterback' de los 49ers decidió hincar una rodilla en el suelo y no levantarse como protesta del asesinato de diversos ciudadanos negros por parte de los policías blancos. "No me voy a poner de pie para mostrar orgullo por una bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color", argumentaba Kaepernick. Y añadía: "Hay cuerpos en las calles y personas que les dan licencias remuneradas para lograr salirse con la suya con un asesinato".

La polémica estaba servida. Y el debate sobre patriotismo, deporte y racismo volvió a ser el centro de atención de América y del mundo, hasta hoy. Porque son muchos los jugadores, no solo de la NFL sino también de otros deportes como la NBA, que se han unido a la protesta del 'quaterback' y siguen sin alzarse ante el himno nacional de las barras y estrellas.