Dos superfenómenos, dos estilos. Mikaela Shiffrin (EEUU) es una campeona sin aditivos ni conservantes, y ayer demostró en Soldeu (Andorra) que la victoria no es negociable en ningún caso. Marcel Hirscher (Austria) está en la recta final de una carrera impresionante pero esquía más con la calculadora en la mano.

Este sábado, en una pista de L’Avet, en Grandvalira, inundada por la pasión de 5.000 espectadores, los dos se adjudicaron los globos de cristal como campeones de la temporada en sus especialidades, pero mientras Shiffrin no perdonó y superó por 7 mínimas centésimas a su amiga suiza, Wendy Holdener, en eslalon, Hirscher se conformó con el sexto puesto en un gigante ganado por el francés Alexis Pinturault con 1.74 segundos de ventaja sobre el austriaco. Ni Hirscher ni Shiffrin necesitaban ganar para llevarse la general de esas modalidades, pero se exhibieron de diferente manera en la penúltima jornada de las finales de la Copa del Mundo. Ambos tendrán este domingo, con las modalidades intercambiadas, la última ocasión de enriquecer historiales casi casi sin parangón.

MEJOR QUE SCHNEIDER, COMO STENMARK

Vayamos con los datos. Shifrin, que el pasado miércoles cumplió ya en Andorra los 24 años, logró ayer su 16ª victoria de la temporada, ampliando el récord que ya le había quitado a la suiza Vreni Schneider, protagonista de 14 triunfos en 1989. Además, sumó su 59ª victoria en Copa del Mundo, 40 de ellas en eslalon (igualando al sueco Ingemar Stenmark, autor de esas 86 victorias totales que todavía campean en el marcador del total histórico). Para todo ello, Shiffrin tuvo que enjugar las 28 centésimas de ventaja que le llevaba Holdener tras la primera manga. Se lanzó con todo en la segunda y, a pesar de un ligero tropiezo en una puerta, superó a la suiza por 35 centesimas; es decir, por solo 7 en el acumulado, dando de nuevo a Holdener con la puerta en las narices: la suiza lleva 22 podios en eslalon… sin ninguna victoria.

"Casi me trago una puerta", bromeó Shiffrin después de su enésima exhibición, pero la primera en Andorra, donde ya compitió en el 2012 y 2106. La primera vez, casi como una niña. "Pero sigo siendo la misma niña con el mismo sueño", explico ayer. Un sueño que se extiende indefinidamente a base de victorias y éxitos, como el 11º globo de cristal, que puede conquistar en el gigante de hoy (9.30 y 12.15 h.) acabando solo entre las 15 primeras. Pero ella, como siempre, saldrá a ganar.

HIRSCHER PREPARA SU ADIÓS

Es la misma intención que tendrá Hirscher en el eslalon masculino, que cerrará el calendario (10.30 y 13.15 h.) de esta histórica etapa andorrana de la Copa del Mundo. Pero, en su caso, sin urgencias de ningún tipo. Con 20 globos (como Lindsey Vonn) ya en su vitrina (8 grandes, como campeón de la general los últimos ocho años, y 6 en eslalon y gigante), el austriaco acaba de cumplir 30 años y de ser padre de su primer hijo en octubre. En su mente llena más espacio la idea de la retirada que de proseguir dominando el escenario masculino. "En dos semanas voy a anunciar mi decisión", adelantó este sabado. "Pero no me veo dos años más luchando a este nivel tan elevado para intentar alcanzar el récord de Stenmark", añadió.

En la recta final, el tirolés se toma las cosas de otra manera. Ayer enlazó su sexta carrera sin ganar, cedió 1.35 segundos en la primera manga del gigante (séptimo) y en la segunda solo pudo recuperar una posición para quedarse a 1.74 del francés Alexis Pinturault, que se aseguró la segunda plaza de la general absoluta tras la 11ª posición del noruego Henrik Kristoffersen, que acabará tercero. Pinturault, por cierto, sumo su 23ª victoria, superando en Francia a Carole Merle como más laureado, y se postula como un posible sucesor de Hirscher en su retirada. "Le veo muy preparado, pero también a Henrik y al italiano Dominik Paris. Será un bonito duelo", dijo el austriaco, como dejando organizada la herencia de su largo reinado. Hirscher se irá con ocho títulos de Copa del Mundo, por los 6 de Annemarie Moser-Proell y los 5 de Marc Girardelli. Shiffrin, con 3 (Vonn se fue con 4), aprieta, como siempre, llegando desde atrás.