El Climanavas Agrometal Peñarroya acaba de terminar la primera vuelta en el subgrupo D-B de la EBA de baloncesto. El conjunto sénior decano del baloncesto provincial ha ido de menos a más a lo largo de la competición. Al ecuador de la primera fase ha llegado en la zona templada de la tabla, pues ocupa el sexto lugar con un balance de cinco victorias y otras tantas derrotas. Los dos primeros de este grupo jugarán la fase final del grupo D por el ascenso, junto a los dos mejores del subgrupo D-A. El último perderá mientras la categoría.

“La sexta plaza es positiva pero se puede mejorar”, dice el entrenador del equipo, Juanra Guzmán, que recalca que el objetivo de la temporada era la permanencia “y a día de hoy lo hemos conseguido, aunque ahora hay que ir a más”. Siempre con la salvedad de los partidos aplazados que existen, el Peñarroya tiene cuatro derrotas más que el teórico segundo pero ha obtenido cinco triunfos más que el colista.

El equipo cordobés tuvo que esperar una semana para iniciar la competición, pues le fue aplazado su partido de la primera jornada como consecuencia de la pandemia del covid--19. En su primer choque obtuvo su victoria más meritoria hasta ahora, pues logró su único triunfo ante uno de los conjuntos que ocupan las cinco primeras plazas, el Sagrado Corazón, que es ahora segundo y al que superó por 76-58.

Un parón de dos semanas

Posteriormente le llegó un parón de dos semanas, por otro aplazamiento y una jornada de descanso, antes de reiniciar la competición. A partir de entonces encajó cinco derrotas seguidas frente al resto de rivales de la zona noble, en concreto frente a Cimbis (80-63), Huelva Comercio (62-71), Ciudad de Huelva (83-61) y Ciudad de Dos Hermanas (68-72), además de contra el Torta del Casar Extremadura (85-71), el único equipo de la parte baja ante el que ha perdido.

El calendario quiso que a partir del 19 de diciembre afrontara todos los demás partidos contra los adversarios de la zona baja, incluso con un aplazado que jugó el 2 de enero en plena Navidad. Los peñarriblenses sacaron adelante los cuatro partidos ante Gymnástica Portuense (83-78), Xerez CD (51-79), Betis B (52-58) y San Fernando (81-54). La racha actual de victorias de este equipo en encuentros oficiales es de seis, pues además ganó dos partidos en la Copa Diputación ante Camper Eurogaza UCB (75-47) y Maristas (79-52), dos conjuntos de la N1 Nacional. El próximo sábado iniciará la primera vuelta recibiendo al Ciudad de Huelva.

El Peñarroya perdió en la pretemporada al alero cordobés Adolfo Vega para toda la campaña por una grave lesión. Por ello se fue al mercado a buscar un sustituto que fue el pívot alemán Chris Okoley y que llegó justo antes de la Navidad. Okoley le ha dado más consistencia al juego interior, pues en los partidos que ha jugado ante el Betis B y el San Fernando ha promediado 13 puntos y 6 rebotes en 27 minutos con un espectacular 73% de acierto en los tiros de dos.

Ricky Caballero, un base con galones

Ricky Caballero ha llevado desde el puesto de base la batuta del equipo con unos números de 9,4 puntos, 3,2 asistencias y 14,2 de valoración. El pívot Alioune Fall le ha dado al conjunto 8,8 puntos, 8,8 rebotes, 1,5 tapones y 15,5 de valoración. En el lanzamiento de tres puntos han brillado el peñarriblense Luis Antonio Rodríguez Domínguez y el estadounidense Blake Terry, ambos con un espectacular 42,8% de acierto, Rodríguez, 24 de 56 y Terry, 18 de 42. Rodríguez ha promediado 10 puntos y Terry 10,3 y ambos, junto al cordobés José Varo, han formado el trío más destacado de la línea exterior peñarriblense, pues Varo lleva una media de 8 puntos.

El trabajo incansable de la entidad que preside Amado Gallardo ha dado sus frutos, pues el referente del baloncesto masculino provincial ha sabido competir en una categoría siempre exigente y en una temporada además tan complicada.

Juanra Guzmán quiere mejorar en la segunda vuelta “la mentalidad de equipo de, sobre todo, los jugadores jóvenes, pues necesitan mucha guía”. Además le pide a sus jugadores que sean más sólidos en los partidos, pues cree que “alternamos cuartos buenos con otros malos”.