Rafael Nadal no ha dejado escapar la oportunidad de seguir haciendo historia. Por decimosegunda vez ha mordido la Copa de los Mosqueteros dejando en el palmarés un extraordinario récord que, difícilmente, parece que pueda superarse alguna vez.

En su catedral, la remozada central Phlippe Chatrier ha vuelto a tocar las campanas del éxito en París al imponerse al austriaco Dominic Thiem, que le había retado a “un desafío máximo”. No ha dejado, casi, ni que lo intentara y se ha impuesto por 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1.

Es la victoria 93 en su casa, en Roland Garros, y el 18º Grand Slam, que le acerca a los 20 de Roger Federer y le aleja de los 15 de Novak Djokovic.

La anunciada pelea de los dos pesos pesados del circuito solo ha sido como se anunciaba en el primer set. Thiem ha empezado fuerte, como se esperaba. El austriaco atacaba con sus golpes contra la presión constante que le venía del otro lado de la red de Nadal. Los dos montados en la línea de fondo pegaban y en busca de dar el golpe buscando el agujero donde colar la bola amarilla al rival.

Corta igualdad

La batalla se mantuvo hasta el 2-2 y el primer ‘break’ se lo apuntó Thiem (2-3), a los 25 minutos. La respuesta de Nadal fue contundente con dos roturas seguidas (3-3 y 5-3) para tomar la ventaja decisiva y apuntarse el primer set con un error de revés del austriaco que, tras ceder su saque, bajó su nivel como si se hubiera pinchado el balón de “adrenalina” con la que había salido a jugar. Set perdido.

El suflé bajó en el segundo set. La intensidad de Nadal y Thiem no era la misma del inicio, aunque el público intentaba dar fuerzas al austriaco gritando su ¡Dominic, Dominic!. La igualdad se mantuvo en el marcador hasta el 5-5. Y fue suficiente porque Thiem ganó su saque 6-5 y Nadal cedió el suyo y el set con una derecha larga que se escapó fuera de la línea.

Nadal solo había perdido un punto en sus anteriores cinco servicios. No lo aprovechó Thiem. Encajó un 16-1 que le costó entregar sus dos primeros saques y permitió a Nadal recuperarse para colocarse 4-0. Golpe de autoridad del campeón. Nunca hay que bajar la guardia ante el mejor de la tierra. Thiem solo pudo apuntarse un juego. Todo lo que había ganado se esfumaba en 28 minutos.

Nadal alza la Copa de los Mosqueteros tras ganar su 12º Roland Garros. REUTERS

Una roca

Y la sangría continuó en el cuarto y definitivo set. Thiem ya no tenía fuerzas para mantener la lucha. El maratoniano duelo de semifinales contra Novak Djokovic lo estaba pagando. Perdió la chispa y la confianza. Nadal deshizo como un terroncillo de azúcar la roca que no pudo saltar el día anterior el número 1 mundial y de nada servía los ánimos que desde el palco le daba su entrenador Nicolás Massú y su novia, la tenista francesa Kristina Mladenovic.

La roca volvió a ser Nadal. El tenista mallorquín dejó claro quién es el rey de los 12 tronos de Roland Garros.

Rafel Nadal muerde la Copa de los Mosqueteros por duodécima vez. EFE