Ya lo ha dicho el presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu: la de Malcom ha sido una presentación “diferente”. El delantero brasileño ha hecho su primera comparecencia como jugador azulgrana a 8.900 kilómetros del Camp Nou, en el cuartel general que la firma deportiva Nike tiene en Beaverton (Oregón), primera escala de la gira del Barça por Estados Unidos. Un escenario inusual para un ritual archiconocido: como tantos otros antes que él, Malcom Filipe Silva de Oliveira ha asegurado en su presentación que jugar en el Barça era “un sueño” que tenía “desde niño”.

Un sueño que estuvo a punto de no cumplirse. O, al menos, de no cumplirse en este momento. Porque el jugador, de 21 años y procedente del Girondins de Burdeos, tenía apalabrada (aunque no firmada) su incorporación a la Roma. “Yo estaba muy tranquilo -explica Malcom-, porque de todo eso se encargaban mis agentes. Pero cuando me dijeron que existía la oportunidad de venir al Barcelona ni me lo pensé, porque es algo que siempre había querido”. El vicepresidente deportivo del club, Jordi Mestre, ha subrayado que los servicios técnicos del Barça llevaban siguiendo al futbolista desde el 2014, cuando jugaba en el Corinthians. “Puedo entender que a la Roma le haya sentado mal, pero eso forma parte de las negociaciones”, apunta Mestre. “Lo importante es que el jugador quería venir aquí”.

Ronaldinho, Neymar... y Messi

“Estoy muy feliz”, repetía Malcom, consciente, ha dich, de “lo difícil que es llegar al Barcelona”. Admirador confeso de Ronaldinho y de Neymar (“mi ídolo”), el jugador de Sao Paulo se muestra muy orgulloso de “poder seguir los pasos” de los brasileños que han jugado en el club (con él ya son 40) y, como no podía ser de otro modo, rinde pleitesía a Leo Messi. “Es el mejor jugador del mundo, una leyenda. Será una gran experiencia para mí jugar con él”.

El coste del fichaje, ha confirmado Mestre, es de 41 millones de euros más uno en variables, y la cláusula de rescisión queda fijada en 180 millones. Hace poco menos de un año, el Barça desembolsó 105 millones (más 45 en variables) por un futbolista que juega en la misma posición que Malcom y tiene su misma edad: Ousmane Dembélé. Tanto Mestre como el secretario técnico, Éric Abidal, han asegurado que el joven extremo francés “es un jugador muy importante para el equipo”. Abidal ha señalado que “las temporadas son muy largas” y los refuerzos que han llegado hasta el momento este verano (Malcom es el tercer fichaje tras las incorporaciones de Arthur y de Lenglet) sirven al objetivo de “hacer una plantilla fuerte y con más opciones”.

Operación salida

En la confección de esa plantilla resulta especialmente delicado el capítulo de las bajas. Ernesto Valverde ha pedido la salida de al menos media docena de jugadores para poder dar opciones a los jóvenes del filial. Por ahora, parecen adelantadas las negociaciones para buscar destino a Aleix Vidal y a Lucas Digne, al tiempo que se estudian las ofertas que llegan por el colombiano Yerry Mina. “Estamos trabajando -ha confirmado Abidal-. Sabemos que hay opciones de salida para algunos, pero tenemos que intentar que todos, tanto el club como los jugadores, queden contentos”.

De momento, el más contento es Malcom, que ha recibido de manos del presidente Josep Maria Bartomeu una camiseta con su nombre pero sin dorsal, se ha entrenado por primera vez junto a sus nuevos compañeros y ha dicho estar preparado, “si el cuerpo técnico así lo decide”, para jugar el sábado (madrugada del domingo en España) contra el Tottenham.

Mucho menos feliz está estos días el presidente del Roma, James Pallotta, que acusó al FC Barcelona de haberse comportado de manera “poco ética” en la contratación de Malcom y subrayó que su club tenía un acuerdo cerrado con el jugador brasileño, con el que ya había pactado una cláusula de rescisión de 120 millones de euros. “Ayer el Barcelona se disculpó por el fichaje -manifestó-, pero nosotros no aceptamos sus disculpas a menos que nos vendan a Messi”. El próximo día 31, Barça y Roma se enfrentan en Dallas.