Cuando el COI y el gobierno japonés acordaron el pasado 24 de marzo posponer los Juegos de Tokio a 2021, Fátima Gálvez ya llevaba nueve meses y un día con su plaza olímpica en el bolsillo. Medio año después de aquel aplazamiento, la tiradora cordobesa está convencida de que el parón por la pandemia ha sido deportivamente beneficioso para ella: "He mejorado mi propio récord. Ahora rompo platos mucho mejor que antes".

"Lo digo con la boca muy llena. Me he sorprendido de lo bien que me he sentido en la vuelta a la competición", señaló a Efe la multimedallista mundial y europea en foso, que atribuye su mejora a un "descanso mental" que su cabeza le pedía a gritos y que el estrés de la preparación olímpica le impedía tomarse.

"Las competiciones y los viajes fatigan tanto que este etapa sin ellos ha sido muy positiva", dijo. "Necesitaba ese descanso. En la alta competición automatizas todo y, al final, lo que distingue a los campeones es la mente".

Gálvez (Baena, 1987), vigente medallista de bronce mundial en foso individual, logró su plaza olímpica el 23 de junio de 2019 al ocupar el tercer puesto en los Juegos Europeos de Minsk. En realidad, con su actuación en la capital bielorrusa ganó dos plazas para Tokio: la suya y la del equipo mixto de foso, que en los Juegos compondrán ella y Alberto Fernández, que ya tenía asegurado su billete individual.

Por ello, la campeona de España afrontó la etapa de confinamiento "con una tranquilidad muy grande", sin la incertidumbre que padecen los más de 4.700 deportistas de todo el mundo que aún deben lograr un hueco entre los 11.000 que participaran en los Juegos. "Yo ya sufrí esa incertidumbre el año pasado, hasta que logré la plaza. Cuando la tuve, me relajé y empecé a dar el máximo", afirmó.

"Le he dado la vuelta a la situación. En lugar de frustrarme, he tenido más tiempo para prepararme y lograr un mejor estado de forma. No es que estuviera mal, pero he mejorado ciertas cosas".

"Es normal que la gente sin plaza esté agobiada. Pero no se puede cambiar de mentalidad. La incertidumbre repercute, pero hay que ser siempre positivo", insistió.

Ahora que la competición ha echado a rodar, todavía lentamente, Fátima Gálvez ha confirmado sus sensaciones: "Al volver, no me he sentido diferente. Al contrario, he vuelto con muchísimo mejor nivel". "Seguiré haciendo competiciones hasta octubre y, aunque luego paren hasta finales de enero, continuaré preparándome física y mentalmente, con los pies en la tierra, sabiendo que lo bueno y lo malo pueden suceder en una misma temporada, sobre todo en tiro, un deporte en el que hoy estás arriba y mañana abajo", afirmó.

Gálvez, que fue quinta en los Juegos de Londres 2012 y cuarta en los de Río 2016, y que ocupa la tercera plaza en el ránking mundial de 'trap', es abiertamente optimista sobre sus posibilidades medalla en Tokio 2020, especialmente en la nueva modalidad de equipo mixto en foso. La andaluza fue campeona de esta disciplina en los Juegos Europeos con Antonio Bailón y con Alberto Fernández en los Campeonatos de Europa de 2019 en Italia.

"Esta prueba es un impulso en Tokio para los dos, para Alberto Fernández y para mí. No te lo juegas todo en un día, tienes otra oportunidad. Alberto es un tío 10 y, como tirador, aún mejor. Y eso que no hemos tenido buena suerte en las competiciones, nos iban cambiando el tipo de final y parecíamos novatos. Pero hemos ido ganado tranquilidad y yo le digo que en los Juegos podemos dar un pelotazo. Estoy convencida de que vamos a ganar medalla. Igual me equivoco, pero hasta ahora no hemos rematado la faena y creo que vamos a hacerlo donde más importa, en los Juegos", aseguró la tiradora.

Fátima Gálvez hace bandera de su mentalidad positiva: "Si me quejo, no tengo excusa. Sé lo mal que lo ha pasado mucha gente. Pero mi familia está bien, yo estoy bien, todo está controlado. Y, deportivamente, si las cosas no salen bien en Tokio, ya tendré tiempo de quejarme. Ahora, que no quede por poner todo de mi parte".