Con motivo de la celebración del Día Internacional contra el Acoso Escolar del próximo 2 de mayo, la Federación Española de Psicología del Deporte (FEPD) y la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (Covap), a través de su iniciativa educativa y deportiva infantil Copa Covap, destacan la importancia de la actividad física para prevenir el acoso en los menores, ya que estos casos en el entorno deportivo son menos frecuentes en comparación con otros ámbitos como la escuela. Así se desprende de un reciente estudio elaborado por la Escuela de Kinesiología y Estudios de Salud de la Universidad de Queen (Canadá) sobre la intimidación entre compañeros de deportes, según informa la cooperativa en una nota.

“El acoso se debe a las relaciones de poder entre compañeros y se materializa, por un lado, en la figura del acosador, que carece de empatía, apoyo social o familiar y, por otro, en la de la víctima, una persona con baja o mala autoestima y, por tanto, más propensa a sufrir acoso en su entorno”, explica Joaquín Díaz, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte (FEPD). En este sentido, la FEPD y la Copa Covap apuestan por la práctica deportiva como una forma de potenciar la interacción y relación entre los menores, fomentando el conocimiento y valoración que una persona tiene de sí misma.

Según se describe en el estudio, la intimidación es un patrón concreto de victimización frecuente a la que se presta poca atención en lo deportivo. Además, desde la FEPD insisten que en el ámbito del deporte pueden desarrollarse valores como la disciplina, la obediencia, el valorar a los adversarios o admitir la derrota y los errores. “El deporte tiene una enorme capacidad para trabajar valores indispensables para la vida”, afirma Díaz.

Esta investigación ofrece otros resultados significativos, ya que también sugiere que la formación adecuada de profesores y entrenadores que trabajan con niños, niñas y adolescentes en el aprendizaje de la práctica deportiva puede ayudar a prevenir el bullying.

Según Rafael Guerrero, director comercial de Covap, “uno de los objetivos de la Copa Covap es fomentar medidas para prevenir este tipo de situaciones y lograr deportistas respetuosos y más implicados en sus entornos sociales, familiares y laborales”. “Estamos convencidos de la necesidad de desarrollar acciones que consigan mitigar la victimización entre iguales, no solo con el fomento de la competición deportiva, sino también con la campaña educativa que promovemos en esta sexta edición de la Copa Covap, donde una psicóloga profesional imparte charlas paralelas al desarrollo deportivo, dirigidas a los niños y niñas participantes, sobre qué es la autoestima y el respeto al contrario”, detalla Guerrero.

La prevención del acoso escolar desde el deporte

En España existen estudios que analizan el acoso escolar en las clases de Educación Física y en el entorno del deporte. Uno de los más recientes, elaborado por la Universidad de Extremadura, asegura que el acoso está presente en todos los centros educativos y que situaciones similares se suceden de forma indistinta en todos los grupos de alumnos de los diferentes colegios. En este sentido, los psicólogos observan algunas coincidencias en esta práctica: los espacios en los que profesores y entrenadores están ausentes, como el patio de recreo o tiempos libres, suelen ser los más comunes para la realización de conductas de acoso.

Desde la Copa Covap y la FEPD se considera el deporte una herramienta fundamental para prevenir y evitar la intimidación, así como un instrumento que reporta beneficios relevantes para quienes lo practican. “En la medida en que se haga un buen uso de la actividad deportiva, esta introducirá a los jóvenes en la sociedad y les enseñará a seguir las reglas, a ser responsables, superar la timidez y abrirse a los demás, lo que les hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que ellos, sin olvidar también las ventajas para el mantenimiento del estado físico, el aumento de las posibilidades motoras y el crecimiento de los huesos y músculos”, asevera Joaquín Díaz.

Desde la FEPD descartan la idea preconcebida de que la competición puede influir en la activación de prácticas intimidatorias. “La competición es inherente al deporte. El niño que lo practica siempre compite: contra otros, contra sí mismo. Trata de alcanzar objetivos. La competición en sí misma no es mala ni buena. Es neutra. La forma en la que se aborde por parte de entrenadores y progenitores es la que hará que sea enriquecedora o que fomente otras conductas indeseables”, explica Díaz.