En realidad el combate había comenzado seis meses antes y a 10.000 kilómetros de allí, en Nueva York. En el Madison Square Garden el británico Anthony Joshua besó contra pronóstico la lona y allí se dejó su imbatibilidad y los títulos mundiales del peso pesado de la AMB, la OMB, la OIB y la FIB a los pies de su verdugo, Andy Ruiz. Pero también aquel día empezó a perder los cinturones el estadounidense de ascendencia mexicana, que llegó el sábado muy pasado de peso a la revancha organizada en Diriyah (Arabia Saudí) y lo pagó con la derrota. El campeón olímpico de Londres 2012 vuelve a reinar.

Joshua, de ascendencia nigeriana e irlandesa, aprendió la lección. "No estoy aquí para montar un espectáculo, estoy aquí para ganar", había avisado. Ante 15.000 personas y en un recinto al aire libre montado expresamente para el evento, Joshua se dedicó esta vez a mantener a Andy 'Destroyer' Ruiz a distancia con su 'jab' y esperar a que el paso de los asaltos hiciera mella en su rival. "Quería mostrar mi ciencia del boxeo. Este deporte consiste básicamente en golpear sin ser golpeado", explicó el inglés, que empezó a boxear a los 18 años tras brillar en el fútbol americano y sobre todo en el atletismo (11,6 segundos en los 100 metros lisos a los 13 años), y se hizo un sitio en la élite al derrotar al ucraniano Wladimir Klitschko en el 2017.

21 KILOS DE DIFERENCIA

A los 30 años y con 1,98 metros, el aspirante llegó a la báscula con 107,5 kilos, 4,5 menos que en la pelea de junio. En cambio Ruiz, de 1,83 metros, dio 128,3 kilos, 6,8 más que en Nueva York. Los 21 kilos de diferencia resultaron decisivos. "No he llegado lo suficientemente preparado, pero no quiero buscar excusas, era su noche", reconoció el americano, que enseguida pidió una revancha.

Se pondrá a la cola, pues Joshua tiene firmada una pelea con Tyson Fury y el mundillo del boxeo ya saliva ante la posibilidad de un lucrativo combate con Deontay Wilder. De momento 'The Clash on the Dunes' ('El Choque de las Dunas'), una clara referencia a la mítica 'The Rumble in the Jungle', reportó a Ruiz un fijo estimado de 13 millones (más que lo ingresado por ganar en Nueva York), mientras que Joshua se embolsó 55, el gran vencedor de la velada junto a la propia Arabia Saudí.