Manuel Domínguez Bascón, director de la Unidad de Gestión Clínica de Palma del Río, el centro de salud y el consultorio de Peñaflor, elogia el comportamiento de la ciudadanía en la pandemia del covid-19 y explica que se va recuperando el modelo asistencial en el centro de salud.

-¿En qué momento se encuentra la situación epidemiológica en la unidad que dirige?

-Como bien dice, me gusta recordar que la UGC de Palma del Río se compone del centro de salud de Palma del Río y del consultorio de Peñaflor, y en conjunto, desde el inicio del estado de alarma y del confinamiento hasta el presente de desescalada y entrada paulatina en una normalización de la vida cotidiana, nuestra UGC ha vivido una trayectoria que calificaría de muy positiva. Actualmente se han realizado unas 100 pruebas de PCR entre el centro de salud y el consultorio a aquellas personas que el personal facultativo ha considerado pertinente, y más de 500 test entre rápidos y de serología para todo el personal de residencias, tanto personas internas como trabajadoras, Guardia Civil, Policía Municipal, bomberos, protección civil y profesionales sanitarios y no sanitarios, y a día de hoy los resultados en las pruebas realizadas no han dado ningún resultado positivo. En definitiva, creo que el estado de esta UGC es un reflejo del magnífico comportamiento de la población a la que atiende y de la labor de los y las profesionales que en ella trabajan.

-Esta unidad se encuentra en un distrito sanitario que, según los datos, no ha sido muy castigado con contagios. ¿Qué variables manejan desde Salud ante estas cifras?

-Desde la máxima prudencia, se están barajando determinadas variables, como la dispersión geográfica en las zonas rurales o la climatología. Pero para mí, independientemente de todas ellas y como una de las principales, apuntaría a la concienciación ciudadana en el cumplimiento de las normas básicas de protección que se iban dictando, como el uso de mascarillas, mantenimiento de la distancia o higiene de manos. Por cierto, diré que desde un primer momento la UGC adoptó la obligatoriedad del uso de mascarilla en pacientes y trabajadores y la recomendación del lavado de manos o uso de solución hidroalcohólica a la entrada y a la salida del centro de salud y del consultorio.

-Ahora, en la llamada «nueva normalidad», ¿en qué modelo asistencial se encuentra la unidad?

-Poco a poco vamos recuperando mayor número de actividades presenciales, aunque la atención en consulta está siendo filtrada por una consulta telefónica previa que se realiza por personal médico de referencia o de enfermería en actividades de triaje, que, siguiendo criterios sanitarios, cita directamente en agenda. Al mismo tiempo, se realizan consultas telefónicas para patologías leves y telemáticas para trámites que así la posibilitan. Independientemente, se recuperan programas como atención al niño sano y vacunas, actividades preventivas como la toma de muestras para citologías, controles de tensión arterial, de coagulación, electrocardiografía o retinografía. Sin olvidar en ningún momento la atención domiciliaria de pacientes crónicos para curas, inyectables, extracciones, visita médica y enfermera.

-Haciendo un repaso de estos tres meses, ¿cómo se organizó la unidad, cuáles fueron las prioridades?

-Respondió a las directrices que desde la Consejería de Salud y Familias y desde el Distrito Sanitario Córdoba-Guadalquivir se nos transmitieron, entendiendo como prioridades la detección de posibles personas contagiadas, casos positivos y su aislamiento, detección de contactos estrechos o de mayor riesgo de haber sufrido contagio, seguimiento periódico, así como la derivación hospitalaria en aquellos casos que así lo necesitaron. Se estableció una atención en dos circuitos, uno para pacientes de patología respiratoria con atención médica y enfermera en consulta aislada del resto y con todas las medidas de seguridad, y otro para pacientes de patología no respiratoria, con atención en consultas igualmente con medidas de seguridad. Independientemente, para trámites administrativos se usó la atención telefónica y telemática, como renovación de tratamientos, partes de baja de continuidad, resultados de pruebas. El objetivo, evitar la necesidad de acudir al centro de salud, por cierto, esto último con muy buena acogida por parte de la mayoría de la población.

-¿Han entendido los ciudadanos el modelo asistencial?

-Creo que la población y las personas que trabajamos en el centro de salud vamos aún entendiendo, en base a lo experimentado, que el modelo hubo de ser adaptado. La colaboración ciudadana ha sido y debe ser fundamental, quizás también sea nuestra labor comunicar las medidas necesarias a adoptar según la situación en la que nos encontremos.

-¿Cómo se ha combatido el miedo de la población?

-Desde mi punto de vista, difiere poco del miedo de los profesionales sanitarios, tenemos familias. Sin embargo, la profesionalidad y el deber siempre deben, y así ha sido, anteponerse a lo personal. Hemos intentado transmitir tranquilidad y confianza en nuestro sistema sanitario y sus profesionales.

-Desde este centro se lanzó un vídeo de agradecimiento a la población. ¿Reconfortaban los aplausos?

-Los aplausos nos daban ánimo y nos motivaban a continuar en nuestro trabajo, en ocasiones agotador pero siempre recompensado por los resultados, de ahí ese vídeo.

-¿Han sido muchos los gestos de otras administraciones y organismos?

-También ha sido fundamental la colaboración de la UME, Guardia Civil, Policía Municipal, Protección Civil y servicios de limpieza de los ayuntamientos de Palma del Río y Peñaflor. Todos ellos trabajaron y nos brindaron su colaboración que aquello que necesitáramos.

-Por cierto, ¿ha sido útil la carpa de descontaminación cedida por el Ayuntamiento al inicio de la crisis?

-Totalmente. Se nos facilitó esta carpa equipada para poder usarla todos los días y a cualquier hora, y un servicio de lavandería con distribución en zonas diferenciadas de ropa «sucia» usada en jornada de trabajo, y otra zona «limpia» para nuestra vestimental habitual. Creo que fuimos la primera UGC en contar con estos servicios en la provincia.

-Y ahora, doctor Domínguez, qué queda, el trabajo no ha terminado. Se sigue al frente de la batalla, desde pruebas diagnósticas a rastreos para evitar contagios. Es primordial el compromiso de los ciudadanos, ¿qué les diría?

-Que desde el entendimiento, la calma, la tranquilidad, la confianza en nuestra sanidad y sus profesionales clínicos e investigadores, y fundamentalmente desde el cumplimiento de las normas de protección hacia nosotros y hacia los demás, llegaremos a recordar esta situación como una vivencia imborrable, dura, con ausencias prematuras de personas queridas, pero de la que debemos sacar aspectos positivos para la convivencia, el trabajo, la solidaridad y el respeto mutuo.