El ayuntamiento ha iniciado los trabajos para dotar a la ciudad de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible en el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero en un 10%. Entre los argumentos que baraja se encuentra un parque móvil censado en el 2015 en 14.356 vehículos, de los que un 66% son turismo, y una previsión de 16.100 vehículos para el 2020.

Este plan se va a desarrollar en la Estrategia de Desarrollo Rubano Sostenible e Integrado, EDUSI, y se enmarca en el II Plan Estratégico de la Ciudad 2015-2022, a través del Feder. Es decir, que los trabajos están cofinanciados por el ayuntamiento en un 20% y por la Unión Europea en un 80%, programa operativo pluriregional de España 2014-2020. Se trata de un proyecto conforme a las directrices europeas que tiene como premisas realizar un análisis técnico y diagnóstico sobre la movilidad urbana actual, dirigir y coordinar el plan desde la participación ciudadana, en la defensa de «todos somos parte afectada y todos somos parte de la solución», en la finalidad de mejorar la cohesión del territorio local, generando nuevas alternativas saludables para residentes y visitantes favoreciendo el transporte público y la conexión urbana-rural.

El concejal de Movilidad, Francisco Corral, precisa la necesidad de invertir la pirámide de movilidad, dando protagonismo al peatón, con la idea de «poner a las personas en el centro de la planificación para garantizar un ambiente sano, una atmósfera limpia». Corral explica que se establecen 5 grandes retos e indica que la esperanza de vida está aumentando cada día y que hay que hacer una ciudad más accesible para estas personas; que hay que frenar el cambio climático, subrayando que «ya tiene consecuencias devastadoras»; mejorar la calidad del aire «ante partículas contaminantes que son un enemigo invisible», precisando que «es un derecho, un derecho de futuro»; al mismo tiempo, que apunta la disminución de la contaminación acústica y la siniestralidad.

El ayuntamiento saca a licitación la redacción de este plan por 24.000 euros. Se pretende que esté listo en el plazo de 6 meses y contará con una fase diagnóstica donde se esperán propuestas de la ciudadanía. En este punto, la alcaldesa, Esperanza Caro de la Barrera, afirma que «el modelo de movilidad tiene que ser participado, es fundamental», señalando que la filosofía es priorizar en las personas, «especialmente en las de movilidad reducida».

Caro de la Barrera manifiesta que «se trata de un nuevo modelo de movilidad reducida, donde las personas son protagonistas, que sea menos contaminante, que favorece los desplazamientos a pie, caminando, a través de la bicicleta o en transporte público», defendiendo que «hay que dejar el coche en casa», añade que «Palma tiene un conjunto urbano transitable, ante el cambio climático hay que actuar desde lo local».

Entre las acciones que se barajan están las de mejorar el acceso del exterior del casco urbano con posibles radiales y el transporte público; la articulación del casco urbano; itinerarios de prioridad peatonal y ciclista en el casco urbano y recuperación y puesta en valor de espacios naturales y promover hábitos saludables.