La diversidad de un paisaje de ribera, marcado por la flora y la fauna, se puede disfrutar en un paseo junto al río Guadalquivir hasta donde recibe al Genil, un lugar único en Andalucía en Palma del Río: la unión de ambos ríos.

Un sendero habilitado junto al cauce del río grande y que discurre junto a un bosque también único, los tradicionales pagos de huertas de naranjales, donde se preservan árboles de gran porte que suman otra seña de identidad local: los cadeneros.

A principios de febrero, la empresa local Dodica finalizaba los trabajos que han permitido abrir un camino, habilitar una senda, hasta donde el Guadalquivir recibe al Genil, tras pasar la desembocadura del Retortillo. Tareas de adecuación de una ruta de 1,7 kilómetros de longitud desde el camino del pago de huerta El Corvo. Un trabajo que se ha topado con la realidad que deja la crecida del Guadalquivir, la lima. Otros inconvenientes en la adecuación de este sendero que sigue una línea natural junto al río, han sido los vertidos incontrolados. Al iniciarse la ruta se puede leer en un cartel: «Prohibido arrojar basura y escombros, bajo sanción».

Esta senda, espacio integrado en la Red Natura, es uno de los proyectos de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, financiado con fondos europeos. El objetivo es dar a conocer esta singularidad, tanto a vecinos Palma como a los visitantes.

Desde Granada, donde nace el Genil, llegan a la oficina de Turismo interesados en conocer donde muere su río. Un paseo único que merece visitas didácticas para aprender a reconocer un paisaje de ribera de álamos blancos, chopos, fresnos, zarzas, juncos; y a encontrar huellas de tejones o del trabajo de pájaros carpinteros. Un camino vivo por su flora y fauna «que hay que pisar».