El presidente de la asociación profesional citrícola Palmanaranja, Antonio Carmona, señala que el sector prevé un aumento de la producción, lo que se va a reflejar en un crecimiento de entre un 5 o un 10% casi anual o cada dos años. Sin poder precisar un volumen concreto, Carmona, que viene hablando de que los viveros tienen las plantas vendidas para los dos próximos años, indica que «el futuro se visualiza por el aumento de producción de la naranja tardía, con trabajo todo el verano, también en almacén». Puntualiza que «sacando naranja al mercado e iniciando otra campaña». De la campaña 2017-2018 dice que en julio hay operacioneos comerciales; sobre la próxima, que se empieza a recolectar en octubre, manifiesta que «hay garantía para acometer los riegos, buena floración, lo que nos hace pensar en una cosecha con características normales». Sobre la que se cierra, señala que la producción va a ser un 5% superior a la anterior y al aforo inicial, de 249.000 toneladas en Córdoba.

El presidente de Palmanaranja ha hecho estas declaraciones en la renovación del convenio anual con el Ayuntamiento, un acuerdo de 14.000 euros para la promoción y asistencia a ferias comerciales. El presidente de la interprofesional y el alcalde, José Antonio Ruiz Almenara, plantean una estrategia hacia la sostenibilidad. En este filosofía, recuerdan la creación de un Grupo Operativo. Desde la sostenibilidad social, tanto el alcalde como el presidente de Palmanaranja subrayan la cualificación y la tecnificación. En este sentido, el Ayuntamiento ha incluido itinerarios formativos para el sector en un plan presentado al Fondo Social Europeo. Carmona declara que no se debe acudir a los cítricos como último recurso laboral, si no que afirma que «hay que dignificar el trabajo de las personas en la citricultura». Apunta también que «empezamos a notar que vamos a encontrar dificultades para tener mano de obra necesaria que atienda el aumento de la producción».

Sobre nuevos mercados, Carmona analiza como buena posibilidad de negocio EE.UU y Japón. Como anécdota señala que la naranja cadenera, variedad autóctona, llega a Japón a través de gajos que comercializa una empresa valenciana.