El pintor cordobés Pepe Morales (Palma del Río, 1933) falleció el 19 de enero a los 84 años en Marbella, ciudad en la que residía desde hacía más de 30 años. Considerado como uno de los artistas plásticos más importante que ha dado Córdoba en los últimos 50 años, fue un creador y artesano siempre en constante aprendizaje, que durante toda su vida «fue por libre» y que nunca estuvo ligado «a nada más que a mi pintura y a mis exposiciones», como señaló en Córdoba cuando el Ayuntamiento de la ciudad le rindió un homenaje con una exposición retrospectiva que recorrió todas las etapas y se mostró en la Sala Orive y la Casa Góngora.

Esta fue la última vez que expuso su obra el pintor, que desde entonces tampoco volvió a ponerse ante un lienzo. Así lo señaló a Diario CÓRDOBA su hijo, Félix Morales, comisario de aquella muestra, que supuso «el gran reconocimiento que nunca había tenido antes y que él agradeció enormemente». «Ya estaba muy mayor, tenía ciertas dificultades, y una persona con la vitalidad de mi padre necesitaba estar al cien por cien de capacidad siempre, así que fue dejando la pintura».

La obra de Pepe Morales se caracteriza por ser muy diversa, rompiendo con su producción anterior constantemente y siempre creando nuevas formas, lo que dio lugar a varias etapas de su trayectoria, pasando de una muy matérica, a finales de los años 50, hasta la más figurativa, con un fuerte compromiso político y social, al final de su vida. «Es una pérdida para la cultura andaluza y de la ciudad», declaró el delegado municpal de Cultura en el Ayuntamiento de Córdoba, David Luque, ante el fallecimiento del autor, al que incluyó dentro de una generación de artistas e intelectuales que «durante la Transición marcaron la vida cultural de la ciudad». Quien recuerda muy bien aquellos años de intensa actividad cultural en Córdoba es el pintor baenense Paco Ariza, gran amigo de Morales. «Le conocí al principio de los años 80 cuando decidí venirme de Madrid a Córdoba, donde me encontré con un grupo de artistas e intelectuales que me acogió muy bien. Disfrutamos muchos trabajando juntos, y cuando la gente es feliz, hace cosas maravillosas». También mostraron su pesar los propietarios de la Galería Studio 52, José María y Jesús Jiménez, que guardan «muy buenos recuerdos», debido a la amistad que Morales tenía con su padre, Pepe Jiménez, que le dio la oportunidad de difundir su obra. «Jugaba mucho con el taller, con la materia, hacía fundiciones y tenía un mundo fantástico que no tenían los demás, recuerda Jesús, que asegura que «su tipo de pintura ha dejado huella». Por su parte, Juan Miguel Moreno Calderón señaló que «una de las grandes satisfacciones de mi etapa como concejal de Cultura fue la organización de su exposición en el 2015», ya que «era una de las figuras más representativas del mundo del arte que ha dado Córdoba».

Desde Palma, el alcalde, José Antonio Ruiz Almenara, se pusó en contacto con la familia del autor y se envío una tarjeta de pésame en nombre de toda la corporación municipal del Ayuntamiento de Palma del Río.