Las residencias San Sebastián y Vitalia ya celebran que sus mayores se reúnen con sus familiares. Encuentros que se ajustan a estrictos protocolos de seguridad, ya que los residentes no salen con el objetivo de «no echar por tierra tanta esfuerzo».

Tanto Cristóbal Bajo, de Vitalia, como la madre Irma Leiva, de San Sebastián, describen unos encuentros llenos de emoción, de abrazos y besos contenidos. La Madre del Hospital confiesa que «tengo que dar abrazos a los abuelos por sus hijos», y que «todos los días lloramos, pero no se puede bajar la guardia». Sor Irma Leiva detalla que entre visitas se ventila y limpia. Reconoce el esfuerzo de todo el equipo de la residencia, 65 personas, y de sus hermanas, sor Susana, sor Elena y sor Carmen, «con 93 años». Confiesa que «han sido muchos días sin dormir, mucha responsabilidad y hay que mantener el ánimo, la alegría», apuntando que «ya duermo».

Por otro lado, también agradece tantas muestras de cariño con los abuelitos del hospital, desde donaciones de material de protección hasta dulces.

Desde Vitalia, Cristóbal Bajo señala que trabajan meticulosamente en el plan diseñado de visitas, y dice que «sería una pena exponernos después de tanto esfuerzo».

Adelanta que se está trabajando en un nuevo plan de contingencia con instrucciones claras desde Salud y señala que se prevén simulacros. Repasa la importancia de las labores de desinfección, apuntando que desde Diputación con Ayuntamiento se han limpiado las dos residencias de ancianos durante 8 semanas.

Desde el plano emocional, Bajo cuenta que han diseñado un plan de citas familiares para atender a los abuelos con más de un hijo.

Por otro lado, las imágenes titulares de la Hermandad del Nazareno se han trasladado para sus devotos a la Asunción para dar prioridad a la seguridad de los abuelos de la residencia de San Sebastián, sede canónica de esta histórica cofradía.