Los que hayan sido nombrados entre todos los compañeros como el encargado de seleccionar el restaurante al que irán a propósito de la próxima cena de empresa tienen por delante una ardua tarea. Si se está un poco agobiado al tener que escoger entre tantos locales y opciones de menú, puesto que se es el responsable de hacerlo bien y que todos queden contentos.
Lo primero que se debe hacer, puesto que condicionará en buena medida, es la selección del lugar. Por un lado, para que todos los convocados reserven la fecha, y por el otro, porque si se deja para última hora se corre el riesgo de que el restaurante esté ocupado ese día. En cuanto al número de personas, una cifra mayor o menor determinará la elección del local y las posibilidades de poder elegir el espacio dentro de él.
Un restaurante situado en una zona céntrica o por lo menos accesible con diferentes medios de transporte da muchas más posibilidades de conseguir una total asistencia. Si se llega cómodamente en transporte público podrán ir quienes no tengan coche, y si hay facilidades de aparcamiento en la calle o un parking cerca lo tendrán más fácil los que vayan con su vehículo. De la misma manera, si se sabe que después se quiere ir de copas, un establecimiento ubicado junto a una zona de marcha permitirá seguir en grupo disfrutando la noche.
A la hora de elegir el menú de ese día tan especial para la empresa y la compañía, lo primero es establecer el presupuesto aproximado que se tendrá que elegir entre los participantes. Después, determinar entre todos si se quiere tomar un menú de raciones para compartir o poder tener un segundo plato individual para escoger entre carne y pescado, por ejemplo. Lo siguiente es buscar algunas opciones de restaurantes (que no sean muchas porque será más complicada la selección) que ofrezcan dos o tres opciones de menús y llegar a un consenso entre todos los que asistirán. Por lo general es difícil que el cien por cien de las personas estén contentas con todo el menú, pero por lo menos que haya una aprobación mayoritaria.
