Buenos precios, agua y buenas prácticas laborales. Al inicio de una nueva campaña citrícola, Palma del Río puede entonar esta retahíla de deseos. Se ha denunciado, reivindicado mucho en favor de las buenas prácticas laborales, que benefician a todos, no sólo al sector. Es innegable el esfuerzo de muchos agentes por favorecer un juego limpio. La ciudad de Palma se ha puesto a la cabeza de una hoja de ruta que persigue el equilibrio, un documento que busca fortalecer el tejido productivo más social desde el punto de vista laboral y que mantiene la cartera de tantos vecinos. Este esfuerzo merece la mejor respuesta. En cuanto a los precios, la campaña anterior alejó el lamento del agricultor «precios de ruina». En pleno verano, ya se hablaba de movimientos de compra y que se vislumbraban buenos precios, algo fundamental para sostener una gran maquinaria. Y, en cuanto al agua, pues buena política que gestione debidamente las reservas hídricas que alimentan las comunidades de regantes y consumo responsable de todos.