Desde la certeza científica permanecemos aislados físicamente, pero ha sido imposible el aislamiento emocional. En estos días, en los que los ciudadanos formamos la mejor barrera protectora al coronavirus, hasta la llegada de una vacuna, se suceden imágenes de convivencia vecinal desde balcones, ventanas y puertas que mantienen el ánimo de los vecinos, además de servir de entretenimiento a niños y abuelos. También es importante en esta convivencia vecinal el homenaje continuo a los sanitarios, profesionales en primera línea, y a trabajadores que mantienen un bienestar social que está en crisis. Así lo indican los mayores que vivieron la guerra civil y dicen que «todos no tenemos agua, comida y techo, somos unos privilegiados».

Son muchas las iniciativas que cada día se suceden en las calles. Como ejemplo, en la calle Nueva, Manolo, el de Peque, con su familia, y desde su balcón, brindaba el 15 de marzo «por la salud, que esto sea un mal sueño», una semana después, desde este balcón se soltaban globos por la unidad vecinal. Isaac Nieto cada día convoca a #yonomeaburroencasa, con personajes infantiles y música. Y jóvenes, como David, llaman a las puertas de sus vecinos mayores.

También hay lugar para imágenes de contenedores rodeados de basura, muestra de compras compulsivas y falta de respeto a trabajadores y vecinos.