Un edificio emblemático de la arquitectura civil palmeña, con una fachada regionalista precedida por un penacho con la fecha de su construcción, 1939, prepara su adaptación a los requerimientos del mercado. La plaza de Abastos ha iniciado un proyecto de transformación digital que culminará ofertando un portal we a los consumidores.

Algo impensable en 1939, cuando Antonita González, abrió su puesto de pescado en este mercado municipal. Tres generaciones después, Pedro Antonio González, continuador de esta iniciativa empresarial, cogió el testigo de su padre, Miguel González, y cuenta que su tía abuela fue una mujer empresaria, emprendedora en aquella época. Relata que en su familia recuerdan que vendían camiones de pescado que llegaban de Huelva, claro está que «el pescado llegaba en tren y se recogía en la estación».

La plaza de Abastos tenía 3 accesos, calle Castillejo, plaza de España (entrada principal) y calle Plata, donde estaba la nave del pescado, desaparecida a finales de los 90 y donde se abrió en 2003 la escuela infantil municipal.

La memoria colectiva cuenta que la plaza estaba llena de vida con puestos de carne, pescado, frutas, hortalizas, verduras y los churros de Rafalito y Antoñita, a quienes siguieron sus hijos Ángel y Lola, también se recuerdan otros muchos protagonistas.