En función del veredicto de las urnas, los politólogos tendrán materia de estudio con la estrategia que Ciudadanos desarrolla de un año a esta parte. Campeón en las encuestas, Albert Rivera presentaba el pasado mayo la plataforma España Ciudadana, su particular catapulta hacia la Moncloa con Marta Sánchez como musa y letrista del himno nacional. Al llegar la moción de censura de Pedro Sánchez el líder de Cs cerró filas con Mariano Rajoy... y desde entonces los vientos demoscópicos soplan en su contra.

Aceptados el apoyo de Vox en Andalucía y la foto con Santiago Abascal en Colón, el Rivera que no veía «rojos ni azules, solo españoles» ha curado su daltonismo y acude al mismo notario que Artur Mas. No para repudiar al PP, como hizo en vano el líder nacionalista, sino para trazar junto a Pablo Casado y Abascal un cinturón sanitario en torno al PSOE. Del pacto del abrazo con Sánchez a abjurar de Sánchez solo han mediado un puñado de encuestas.

Si Casado, en una señal de debilidad, le ofreció una alianza preelectoral para evitar una mayoría progresista en el Senado, Rivera le propuso el lunes, con las candidaturas ya presentadas, gobernar coaligados tras los comicios del 28-A. Repuso el líder del PP que una vez en Moncloa ofrecerá al de Cs el ministerio de Exteriores, y este devolvió el misil a Mister Máster tentándole con la cartera de Universidades.

Entre órdagos y puyas libran su pugna las derechas, con la ultraderecha como el elefante al que nadie quiere mirar. Si es exótico repartirse carteras sin conocer el mandato de los electores, aún lo es más que PP y Cs se abran de facto a reeditar el pacto andaluz con Vox.

Tras decorar sus listas de tertulianos, militares y toreros, Casado, Rivera y Abascal deberían obrar con transparencia y explicar a los electores con qué programa aspiran a gobernar juntos, más allá de la reconquista de Cataluña vía 155. ¿Endurecerán la ley del aborto, como ambiciona el líder del PP? ¿Debilitarán la lucha contra violencia machista? ¿Logrará Vox flexibilizar la tenencia de armas? En campaña toca enseñar las cartas, no tejer programas ocultos.

* Periodista

@Enric_Hernandez