Da mucho que pensar que el gobierno municipal de Córdoba de PSOE e IU no aplique la lógica elemental a la gestión de un área tan importante para una ciudad como la Gerencia Municipal de Urbanismo.

No lo hace en el tema que os atañe: evitar la aglomeración de viviendas turísticas en nuestro casco histórico que impidan a los cordobeses vivir allí y a quienes nos visitan disfrutar de uno de los cascos históricos más bonitos del mundo.

Si es necesario impedir o limitar la proliferación de viviendas turísticas para proteger el casco histórico, habrá que tomar medidas para ello, pero habrá que hacerlo con diálogo, consenso, legalidad, convivencia y sentido común, mucho sentido común. Y más, si la tasa de desempleo en nuestra ciudad está alcanzando niveles insostenibles y el turismo es uno de los motores económicos de nuestra ciudad.

En Córdoba se estima que existen en torno a 2.300 viviendas turísticas, de las cuales casi 700 están inscritas en el registro de la Junta de Andalucía, con lo cual están dentro de la legalidad. Además, se calcula que existen en torno a 13.800 plazas ofertadas por viviendas turísticas. Por otro lado, en Córdoba existen 26 establecimientos de apartamentos turísticos que suponen un total de 668 plazas. Para dar de alta los apartamentos turísticos es necesario el cambio de uso, sin embargo, para hacer lo mismo con las viviendas turísticas no se requiere cambio de uso alguno. Por tanto, la limitación que quiere llevar a cabo el responsable de Turismo en el Ayuntamiento de Córdoba, el señor García, tanto en la medida provisional como en las que se proponen como modificaciones al Plan Especial del Casco Histórico consistente en no permitir el cambio de uso de vivienda a otro, no tendrá efecto alguno en la existencia y proliferación de viviendas turísticas que, según los datos, son unas veinte veces más numerosas que los apartamentos turísticos.

Es evidente que, dado el valor de nuestro patrimonio histórico, artístico y cultural, el turismo en Córdoba es un sector que tenemos la obligación de cuidar y mimar, para que, desde la calidad, aporte ingresos y genere empleo de calidad en nuestra ciudad.

Para ello, además de facilitar y ampliar al máximo el horario y el calendario de la oferta cultural y de ocio con el objetivo de incrementar las pernoctaciones, se debe propiciar una oferta de calidad en establecimientos, ya sean apartamentos u hoteles, que cubra la demanda de visitantes que aporten valor, que generen ingresos, que consuman en nuestros comercios, bares y restaurantes y no causen desperfectos a nuestro patrimonio.

Los hoteles de cinco estrellas son necesarios en una ciudad como Córdoba que cuenta con cuatro declaraciones de la Unesco de Patrimonio de la Humanidad, pero no nos podemos olvidar, del visitante que demanda otro tipo de alojamientos con precios más asequibles y entre los que se encuentran los hoteles de menos estrellas, los apartamentos turísticos de calidad o los hoteles con encanto ideales para el turismo en familia, en pareja o amigos que, con respeto, aporten ingresos y sean buenos altavoces de Córdoba en sus lugares de origen a su regreso.

Córdoba ni quiere ni necesita un turismo de despedidas de soltero o de borrachera que solo ensucia y daña la imagen y el patrimonio de Córdoba. Es cierto que los propietarios de viviendas turísticas tienen derecho a obtener rendimiento económico de sus viviendas, pero también es cierto que deben velar por el turismo de calidad y que para ello tiene que haber una regulación que limite la proliferación de viviendas turísticas frente a los apartamentos y los hoteles.

* Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Córdoba