¿Viven los muertos? Góngora vive en sus versos, en su literatura, en los espacios de la Judería en que se inspiró. Pero como no viví en su tiempo no tengo un recuerdo de su cara ni de su cuerpo. Lo mismo me pasa con Bécquer, al que le costaba trabajo saber qué cosas había soñado y cuáles le habían sucedido. Para mí su rostro está en un billete de cien pesetas y en mi foto de cuando estudiaba bachiller y fui a su casa número 26 de la calle del Conde de Barajas, en Sevilla, donde nació el 17 de febrero de 1836. Y en sus Rimas y leyendas y Cartas desde mi celda. Sin embargo, aparte de gente cercana y relativamente joven que se ha muerto hace poco, mis padres, sobre todo mi madre, son una presencia normal en mi vida, aunque él muriera el 22 de abril de 1998 y ella, el 21 de abril de 1972, hace 21 y 47 años respectivamente. Te duele la muerte que rompe fechas y te obliga a lutos a destiempo, a cerrar los ojos y a reinventarte. Afortunadamente son esporádicas. Como la mayoría de difuntos, de los que hoy celebramos su día. La edad nos conduce por un camino que tiene fecha de salida y cuya llegada, aunque no lo parezca, la van adivinando los protagonistas. Claro que siempre con ese espacio indefinido de años o meses por los que vuela la dama de negro sin llegar a aterrizar. ¿Viven los muertos, tienen vida los difuntos? Además de a escritores, siempre revivirás a deportistas, viajeros, dueños de bares con leyenda, compañeros de trabajo y paisanos cuya vida siempre nos ha atraído. Y hablarás de ellos, como si estuvieran a tu lado, como hace la historia, que no es otra cosa que tener siempre presentes a sus protagonistas sin olvidar a nadie. ¿Viven los muertos? Yo creo que solo se mueren las personas que se olvidan. Por eso cuando voy al pueblo, a Villaralto, y me subo a la cámara --aquel espacio casi abandonado de las casas de entonces, ahora convertido en estudio--, y veo los retratos de mi padre y de mi madre, siento que estoy con ellos. A veces trastoco la realidad y escenifico vivencias que me gustan. ¿Viven los muertos? Claro, si se lo pregunto ellos no me van a responder. A lo mejor su silencio es una respuesta.