Váyase, señor González, porque es usted el primer y único responsable»... De la situación de nuestro Cordoba CF. Parece que vamos a tener que rescatar aquella famosa frase del señor Aznar bigotudo y de tupé impoluto que ha sufrido igual transformación a la de su mostacho: estar está, pero casi ni se le ve.

Para ser presidente --dueño-- de un club de fútbol con aspiraciones hay que o tener mucho dinero y estar dispuesto no sólo a invertir, sino a perderlo, o sentir los colores a sangre y fuego y dejarse la piel para conseguir el mejor resultado. ¡Señor González, usted no cumple ninguno de los requisitos! Ni es Al Thani, el jeque del Málaga, ni es el señor Roig, que hasta le vendió a su hermano parte de su cartera de Mercadona para rescatar al club de sus amores. Y los colores, mis colores, «blanco y verde, blanco y verde, Cordoba», usted ni los huele.

Hubo presidentes nacidos en Córdoba que lucharon mucho tiempo por llegar a la categoría máxima y no lo consiguieron, aun a costa de poner dinero hasta de sus bolsillos, y usted, por esas carambolas del destino que a veces sorprenden y premian a quien nada merece (¡ay ese gol en el último segundo en Las Palmas!), devolvió el entusiasmo a una siempre rendida afición, el mayor tesoro, que usted ha dilapidado y le llenó los bolsillos a quien llegó con lo puesto y hoy tiene el armario lleno.

En su gestión ha primado la avaricia personal frente al proyecto deportivo, se ha desembarazado de jugadores de primera para reducir la plantilla a la categoría de patio de colegio y ha intentado el mayor pelotazo urbanístico de los últimos tiempos gracias a la cesión de terrenos que le hizo el gobierno del Sr. Nieto, valorada en 7,5 millones y declarada «nula de pleno derecho» en un informe de 28 páginas de los servicios jurídicos municipales refrendado por el Consejo Consultivo. Para frenar semejante desatino, en el que hasta un hotel usted incluía y por el que también alguno más por detrás se frotaba las manos, no había que ser de otro partido, sino únicamente no estar ciego.

La afición --su clientela-- está humillada y no sé si habrá que dejar que todo se derrumbe para que usted, ya sin teta, por fin se vaya... ¡Váyase señor González, váyase que usted no mola nada!

* Socia número 11.148 del Córdoba CF