El hallazgo del mayor alfar romano en el Mohíno, término municipal de Palma del Río, ha evidenciado, una vez más, la importante relación comercial entre la Bética y Roma. Las orillas de los ríos Guadalquivir y Genil son una fuente arqueológica de información extraordinaria del desarrollo de la industria productora de las ánforas, su elaboración, identificación, envasado de aceite, transporte fluvial desde los puertos y ciudades de Cárbula, Detumo, Celti o Segida Augurina.

Los trabajos de investigación de H. Dressel, G. Bonsor, M.H. Callender, M. Ponsich, E. Rodríguez Almeida, J.M. Blázquez, R. Lopera Delgado o J. Remesal Rodríguez nos han acercado a la civilización romana, a los alfares próximos a los ríos navegables de la Bética, a la producción de millones de ánforas olearias con sus diversas formas, a la epigrafía identificadora del alfar, lugar, contenido, productor y otros datos reveladores a través de sellos y tituli picti que nos transportan al mejor conocimiento de la sociedad hispana romanizada; la industria del aceite, el transporte por el Imperio a través del Mediterráneo y el tráfico de personas, mercancías y culturas, así como la llegada del cristianismo hasta el sur de Hispania.

Y todo ese complejo mundo, podemos interpretarlo en el mayor alfar, así definido, ubicado en Palma del Río y localizado por profesores, doctorandos y alumnos de las universidades de Paul-Valery Montpellier, Córdoba y Sevilla. Es decir, una cooperación universitaria internacional con la experiencia de profesores de Historia Antigua, Arqueología,y la dirección del arqueólogo Iván González.

El Mohíno con sus ocho hornos completos y los restos de ánforas Dressel 20 nos revelará más datos de los conventos romanos de Hispalis, Corduba y Astigi, núcleo productor de las ánforas olearias. Un momento oportuno para alcanzar un acuerdo con el propietario de la finca, adquirir una o dos hectáreas y construir un centro de interpretación de los alfares romanos. Alea jacta est.

* Historiador y periodista