Desde siempre hemos dicho este valioso adagio: «Tres jueves tiene el año que relucen más que el sol: Corpus Christi, Jueves Santo y día de la Ascensión». La Iglesia católica, que también ha caído en las garras del progresismo y la progresía de las izquierdas, le está dando más importancia al pan y circo, al consumismo del fin de semana, y a la festividad seudopagana, folclórica y exhibicionista, que al auténtico sentir religioso que conllevan estos tres valiosos jueves. La juventud pasa olímpicamente de las manifestaciones de fe religiosas, más imbuidas en las redes sociales que les están ofertando los manipuladores del pensamiento, aniquilando la ética, la moral, el respeto mutuo, la solidaridad, la fidelidad, la fiabilidad y la fe. Y, en definitiva, la felicidad. ¿Acaso el abuso de Internet y redes sociales en la juventud, es beneficioso o perjudicial? Ya hay estudios que demuestran graves consecuencias en el manejo desmesurado, descontrolado, y mal legislado, de esta tecnología del futuro.

Todo está cambiando. Ya tenemos el 5G, lo que implica que, para muchos, la inteligencia artificial seguirá quitando capacidad resolutiva al desarrollo intelectual del ser humano, ya que este será cada vez más dependiente de lo que facilonamente le ofrece una maquina o un robot que, sin cansarse ni protestar, estará disponible para solucionarle todos los problemas. Algo grave, pues, seremos, entonces, esclavos de las máquinas con el consiguiente deterioro de nuestra capacidad empática en nuestras relaciones interpersonales, y, lo más grave, el menoscabo del buen quehacer humanitario basado en la justa razón, en la dignidad humana, en la condición humana y en el factor humano, bien entendidos y aceptados como buenos. La era digital nos está privando del auténtico carácter humano. Con el avance de los tiempos, los valiosos tres jueves que relucen más que el sol habrán caído en el destierro de la indiferencia por la deshumanizada ingratitud del ser humano. Ese desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios recibidos, de los de otrora, en aquellos tiempos.