Si el tiempo de vacaciones es tiempo para uno mismo, tiempo de felicidad y descanso, debiera ser obligatorio establecer entre las parejas unas reglas de comportamiento que hicieran posible alcanzar el objetivo cuando por fin disfrutamos del merecido descanso, por más que la señora Cifuentes de manera inexplicable haga un alarde absurdo de estar mas comprometida con su labor política que con el relax.

Aunque obviamente no es lo mismo una pareja de treinta años que otra de cincuenta, ni tampoco una con hijos que otra sin ellos, con bebés o con adolescentes rebeldes, ni es igual ir a un crucero por los fiordos que estar en el apartamento de Fuengirola con los suegros, creo que existen unas reglas básicas que de cumplirse en vacaciones facilitarían el objetivo individual y común de alcanzar la máxima felicidad y evitarían gran parte de los divorcios que en septiembre saturan los despachos de abogados matrimonialistas, porque no olvidemos que el 28% de las rupturas se producen en agosto cuando se «impone» la convivencia, quiebra la rutina y surge el conflicto.

Pues bien, tras un sesudo análisis producto de años de experiencia existen, al menos para mí, cinco reglas básicas para disfrutar en vacaciones: 1. Dejar de pensar qué comen los demás, porque eso me alimenta a mí. Y si comemos fuera... Mucho mejor. 2. La raya de la plancha no existe: ponte lo que quieras y como quieras, que yo haré lo mismo. 3. Tiempo para mis cosas --leer, escribir, pasear, lo que sea-- y desde luego para mi Visa y yo. 4. Cuando digo que quiero ir a ese sitio es que quiero ir ya y cuando no me apetece, no insistas. 5. No, es no... Al menos de momento. Pero espera que luego puede ser la bomba.

Conjugar estás cinco reglas con las del otro muchas veces no es fácil, pero tampoco crean que es tan difícil pues pensemos que los hombres, normalmente, solo tienen tres y siempre las mismas sea la estación del año que sea: 1. No preguntarles qué piensan porque nada, es nada. 2. Dejar que se escabullan para tomar las cervezas a la misma hora en el mismo sitio y para hablar siempre de lo mismo y 3. Que cuando «ataquen» les digamos sí.

Como ven, bastará con respetar las reglas del otro y negociar la quinta y la tercera y el éxito en vacaciones está garantizado.

* Abogada