Hace algo más de un mes, recibí la sorpresa de haber sido nombrada consejera del Consejo Social de la Universidad de Córdoba, de mi Universidad. El Consejo es importante reseñar que se trata del órgano de participación de la sociedad en la UCO con el objetivo de hacer una Universidad más abierta a la sociedad y que, a su vez, quienes estamos fuera podamos nutrirnos del conocimiento y la excelencia de aquella, por no citar la importante labor de control presupuestario. La sorpresa se transformó inmediatamente en una enorme responsabilidad, y desde aquí quiero dar las gracias a quien en mí ha confiado. Gracias, de corazón.

Mi responsabilidad no ha hecho sino crecer pues, a propuesta del presidente del Consejo, desde el pasado martes he asumido la presidencia de la Comisión de Plan de Actuación y Comunicación, un enorme cajón de inquietudes que entre todos vamos a tratar de convertir en realidades para, por ejemplo, orientar vocacionalmente y mejorar la empleabilidad del alumnado; conectar la Universidad con su entorno social (colegios profesionales, asociaciones empresariales, sectores estratégicos, mecenazgo, foros de emprendedores ...); y colaborar para progresar en que nuestra Universidad avance en la excelencia y la transparencia.

Reivindico desde aquí la Universidad pública porque firmemente creo en la excelencia y la calidad de ésta, de los profesores que en ella imparten sus «enseñanzas» y en el enorme beneficio que para los estudiantes supone acceder a una formación universitaria de calidad en condiciones de completa igualdad. ¡Qué grandes profesionales de las más variadas disciplinas gana cada día la sociedad gracias a haber podido acceder a la formación universitaria sin que la falta de recursos económicos haya sido para ellos un impedimento!.

Vuelvo a la Universidad en la que estudié, en la que me formé, en la que crecí como persona y jurista y la que siempre he llevado en mi corazón, porque verdaderamente creo que no existe una Universidad mejor en la que hubiera podido estudiar y convertirme, para bien o para mal, en lo que soy. Dedicar una parte de mi tiempo... y algo más, solo será devolver mínimamente lo que un día aún no demasiado lejano recibí. Gracias.

* Abogada