Parecía que sería difícil de superar el mamotreto que resultó de la restauración del Ecce homo de Borja, cuando Cecilia Giménez lo dejó en el 2012 como el vivo retrato de Francisco Rivera, el hijo de Isabel Pantoja. Pero ha ocurrido. Una estanquera asturiana ha convertido tres tallas del siglo XV en un nuevo eccehomo. En el pueblo de Rañadoiro, una vecina le metió mano por su cuenta a una pieza de más de 500 años de antigüedad, con colores vivos, de tal forma que ha dejado la monumental figura como unos muñecos de playmóbil. Claro que, en Borja al final hasta casi le hacen un monumento a doña Cecilia porque el turismo se multiplicó por centenares. Así que, seguro que hay quien está ya ubicando Rañadoiro en el Google map.