El polémico presidente de EEUU no va a ser culpable de todo, aunque haya quien lo sospeche, pero algunas casualidades llaman la atención. Se trata de un incidente que ha ocurrido solo unos días después de la conocida escena de su falta de paciencia al alimentar a las carpas ornamentales de un estanque de Koi, donde mientras el primer ministro japonés, Shinzo Abe, vertía delicadamente el alimento, el magnate norteamericano volcó la caja de golpe e hizo temer que los peces se atragantaran. Pues bien, al poco se ha sabido que en un acuario de Tokio han muerto 1.200 peces... No sean maliciosos, ha sido por falta de oxígeno, no por exceso de comida.