La alcaldesa, Isabel Ambrosio, tuvo que hacer uso ayer del fondo de armario para cambiar de look hasta tres veces a lo largo del día. Es lo que tiene ser mujer en la política, que hay que adaptar el atuendo (o intentarlo al menos) a cada ocasión. Los hombres no tienen ese problema. Un traje de chaqueta y corbata vale para ver al Rey y al pueblo.