El buen entendimiento no necesita de la exigencia para triunfar. Junto a la incoherencia, la mayoría de las veces, crece el gesto vacío. Ahora (por lo visto) nuestra sociedad es un lugar de ofendidos y con poca tolerancia a la frustración. Sin embargo, a pesar de verlo claramente, preferimos instalarnos en la queja en vez de pensar. Somos la repugnancia que se altera por todo y no se cuestiona nada. Durante mucho tiempo hemos desatendido la educación, y ahora, los sobresaltos de la vida nos vienen grandes. Hay cosas que no conducen a nada; el camino de la prohibición siempre será un estímulo para los que están a merced de la oposición. Se supone que vivimos en un mundo civilizado, aunque a veces, lo dudo... Hay momentos en la vida en los que una tiene la sensación de retroceder en vez de avanzar. En referencia a lo que estamos viviendo, creo que hay carreras que solo con esfuerzo no se ganan. Para poder seguir adelante, lo principal, es aceptar de manera inteligente las cosas, y ver que lo progresivo se conquista con la mente. Estamos apañados, retrocediendo más que nunca, y tropezando con un modelo de vida obsoleto a más no poder: sí, el que por lo visto a día de hoy está fraccionando España. Hay gente que en el pasado no ve una referencia para avanzar. Y, claro, unos días «invocan» a Franco y otros a... ¡Vaya usted a saber! Todo aquello que tiende a encerrarse en sí mismo encaja perfectamente en una obsesión. El carácter español no tiene nada que ver con Europa. Aquí, siempre, absolutamente siempre, tenemos la necesidad de culpar a los políticos. Por desgracia: somos fabricantes de monstruos imaginarios. Desde hace tiempo, intencionadamente, veo con lejanía a todas las personas que no se han librado de la ignorancia. Sí, son personas descompuestas que por donde pasan dejan mal olor. Uy, las redes sociales están llenas; más que redes sociales parecen manicomios. Hay individuos muy insolentes que padecen intolerancia a la frustración y llaman «comunistas» a todas las personas que no participan de su trastornada mente. Muchos detalles, creo que son la excelencia sin ser explicada. Detalles que no se quedan en un juego dialéctico. Denle forma a mis líneas y aléjense de todo lo sonoro. A la larga es violencia... Tenemos que continuar, hagámoslo con cabeza.

* Periodista