Pavesas
Trampantojo
José Zafra Castro
15/01/2021
A partir de determinada edad, qué difícil resulta no dar lecciones; especialmente si van dirigidas a los jóvenes. Atribuimos tales enseñanzas a algo que hemos dado en llamar «experiencia»: un concepto tan escurridizo que cuando intentamos fijar su alcance se nos escapa de las manos como una pastilla de jabón. Parece como si el simple hecho de haber vivido -al margen del modo en el que haya discurrido nuestra particular existencia- nos otorgara una sabiduría que, en forma de máximas, disparamos contra cualquier incauto que se ponga en nuestro punto de mira. En momentos de lucidez percibimos que tal «sapiencia» se sustenta en el vacío, y solo entonces comenzamos a entender el porqué de la sonrisa que mantuvo nuestro joven oyente durante todo el tiempo que duró la perorata. Imposible no pensar en tales ocasiones en el abuelo Cebolleta.
Muy a nuestro pesar, escasean las pruebas de que el mero paso del tiempo nos vuelva más sabios. ¡Cómo nos gustaría que las cosas fueran de otro modo: que este minuto de ahora acogiera dentro de sí, ordenándolos, a todos los que le precedieron, descubriendo de ese modo en nuestro presente un significado que poco antes se le escapaba! La flecha del tiempo volaría así hacia esa diana que somos en este instante, y que el joven apenas es capaz de distinguir allá a lo lejos. Pero lo cierto, ¡ay!, es que viejos y jóvenes vagamos por las mismas tinieblas. La «experiencia» no es sino el sedimento de esos sesgos y prejuicios que con los años hemos arrastrado detrás de nosotros, y a partir de cuya caprichosa estratigrafía desearíamos construir un esquema compartido. Tal esquema no existe. Ninguna vida puede constituirse en modelo para otra vida, pues uno está aquí, pero muy bien podría haber estado en cualquier otro sitio. Es el azar el que marca nuestro camino, y eso es todo lo que sabemos y todo lo que podemos enseñar.
Definitivamente la experiencia no es un grado. Cuando intentamos comprobar cómo brillan las perlas de nuestra sabiduría, advertimos que no brillan en absoluto. Son, en el mejor de los casos, lugares comunes; en el peor, alegatos en favor de una causa sin pies ni cabeza. Lo peor de todo es que no sabemos muy bien a quién pretendemos engañar con este desmañado trampantojo: si al joven que soporta ahora nuestras prédicas o a aquel otro joven que fuimos una vez y no ha dejado de habitar desde entonces en algún desván de nuestra memoria. Un personaje desinhibido, irónico, algo fanfarrón, de quien sospechamos que sabe de nosotros lo que hace tiempo olvidamos nosotros de él.

Opinión
Lectores
País de justicia archivada
Un nuevo escándalo judicial en un caso con cuatro muertos, diez heridos y docenas de personas ...
Política de multas en la ciudad de Córdoba
Con motivo de una feliz estancia en su maravillosa ciudad nos trasladamos el mes de octubre a ...
Demanda de un nuevo ‘skatepark’
Actualmente vivimos una crisis que afecta al deporte, en concreto a los deportes extremos en lo ...
Héroes de la residencia del Figueroa

Confieso que he vivido... Los héroes de la residencia del Figueroa. Antonio, "te cambiará la vida, ...
- 1 Córdoba contará con un sendero peatonal que unirá el Alcázar con Medina Azahara
- 2 El Ayuntamiento de Hornachuelos pide explicaciones por el abandono de Moratalla
- 3 Salud habilitará en Córdoba 25 puntos fijos, 8 móviles y 17 en centros para la vacunación masiva
- 4 Córdoba baja la curva y la presión asistencial tras acumular casi 300 muertes en 2 meses
2 Comentarios
Por vecino 8:39 - 15.01.2021
En esto también estamos de acuerdo la organización capitalista del trabajo en la multinacional Amazon de Jeff Bezos en 2021, ya la denunció Charles Chaplin en Tiempos modernos en 1936. Han pasado 85 años y sigue igual.
Por vecino 8:38 - 15.01.2021
Yo le recomendaríaseñor Zafra que viera la película Borat, porque es un regreso al original y a la vez una continuación de otros monstruos que ha ido creando Sacha Baron Cohen en un universo que va cambiando, cómo él, que hace sátira, el de la política estadounidense. Creo que este nuevo Borat recoge el guante del anterior y quizás le añade otras preocupaciones que Sacha Baron Cohen tiene y que se ven en ¿Quién es América?, en sus últimas películas, en sus últimas colaboraciones como El espía, aquí como actor, no como director.