Es usted una de las personas a la que la Historia, si es objetiva, le va a hacer culpable del desastre catalán en la segunda década del siglo XXI, junto con el impresentable Puigdemont fugado que no exiliado, bien acomodado y bien alimentado en la «casa de la república» en Waterloo (Bélgica). La Historia no independentista también pondrá de manifiesto que el punto cero del separatismo de derechas fue la corrupción del 3% que dejo en herencia maldita Pujol, al que nadie ha encausado. La deriva independentista abrupta de la Convergencia de Mas fue para tapar el hedor de la manifiesta corrupción.

Puigdemont lo eligió a usted porque tenía asegurado un títere fiel a sus mandatos. No le pidió el progreso económico-social de Cataluña sino:

--Hacer ruido independentista provocando, engañando y forzando desplantes. Aprovechar cualquier ocasión para atacar al Estado. Internacionalizar el «conflicto catalán». Favorecer las posverdades. Repetir hasta la saciedad mentiras, para que sean aceptadas como «verdades». Se ha visto claro en el juicio del procés. Sacar máximo rédito de los escaños del PdCAT en el Parlamento español de los que dependía el nuevo Gobierno socialista en una coalición contra natura como se ha demostrado fehacientemente.

Usted es el responsable del creciente desastre económico de Cataluña. No le ha interesado para nada el reducidísimo retorno de empresas a Cataluña entre las cuatro mil que se fueron por la inestabilidad de la deriva independista. Tampoco le preocupa la reducción de las inversiones externas, la falta de apoyo de los autónomos catalanes, la drástica reducción del número de turistas, etc.

Sr. Torra, usted pasa olímpicamente del bienestar de los catalanes. ¿Cuántas propuestas del Govern al Parlament han ido en este sentido? ¿Cuántos meses de inactividad ha tenido el Parlament?

Cataluña se empobrece socialmente: se incrementan las listas de espera sanitarias al igual que las listas de solicitudes para la dependencia. Cataluña está ganando a otras comunidades autónomas al respecto. De la Educación solo le preocupa el uso de la lengua e historia catalanas como elemento discriminador-racista. Se ha convertido en un «líder» antisocial, aunque a Vd. no le importa nada más que enredar, que es lo que le han mandado desde Bruselas.

La falta de trasparencia brilla en su lamentable gestión como president. ¿Cuánto nos cuesta el despilfarro de su jefe Puigdemont en Bruselas? ¿Cuánto gastamos todos en las «embajadas de Cataluña» en Europa y ahora en USA? ¿Cómo el Gobierno español no interviene en este despropósito? Todo es alucinante, increíble; nadie podría imaginarse una situación como ésta.

Usted engaña sistemáticamente cuando habla en nombre de Cataluña, ya que más de la mitad de los catalanes no son partidarios de la independencia e incluso más de la mitad de los independentistas de ERC están en contra de sus estrategias ¿A quién representa Vd. además de a Puigdemont y sus adláteres? Le ha sido fácil torear al Gobierno de Sánchez por la dependencia de sus votos en el Congreso de los Diputados ya que el PSOE cuenta con ustedes para lograr otra mayoría contra natura en las próximas elecciones. Tiene casi carta blanca para actuar.

Sr. Torra, Vd. está contra los españoles, a los que insultó y despreció gravemente en sus escritos previos a su responsabilidad institucional y ahora, a todas las instituciones del Estado español. Pero sus contradicciones son patéticas al poner recursos al Tribunal Constitucional al que ha tachado de no fiable, parcial, contrario a Cataluña, etc., como a toda la Justicia española.

El sainete de los llaços grocs de estos días es patético y lamentable corroborando la diana de su presidencia que es la preparación para la implantación de la Republica al precio que sea, como la guerra al defender la vía eslovena. De nuevo noticias, comentarios, declaraciones, etc. están centrados en Vd. que es lo que pretendía: estar en el candelero. Jugar con el defensor del pueblo catalán me ha sonado al uso indebido del Palau de la Música como instrumento de la corrupción. El fin justifica los medios para usted y su jefe. Es descorazonadora la reacción tibia del Gobierno español ante una nueva provocación ya que mira a la formación del gobierno pasado el 28 de abril. En la última de la penosa serie de pancartas, en un enfrentamiento calculado con la Junta Electoral Central, se autoproclama adalid de la libertad de opinión y expresión en el edificio emblemático de la Generalitat, cuando sus adláteres controlan férreamente la televisión autonómica TV3 para manipular la opinión pública a favor de la independencia y en contra del Estado español. Otra contradicción más. El control de los medios es habitual en las dictaduras y poco frecuente o mucho mas suave en estados verdaderamente democráticos.

Ya ha hecho demasiado daño a los ciudadanos de Cataluña y España como instrumento del fugado Puigdemont. La verdad es que está quedando como un ninot o titella. Es hora de dejarlo, Sr. Torra. Convoque elecciones ayer para que en Cataluña gobierne la sensatez y el sentido común.

* Profesor jubilado de la UCO