En estas elecciones hemos perdido todos y, en cierta forma, el PSOE más que ninguno.

Desde mi punto de vista, la variante más importante que considerar era el efecto de la actitud de Sánchez ante el secesionismo catalán, o sea, ver si las bofetadas y humillaciones que ha soportado Sánchez ante Torra han servido para rebajar el porcentaje de independentistas y el resultado de tantas concesiones y entreguismo no puede ser más desalentador. El independentismo ha crecido mucho, muchísimo, y además le ha cogido la medida a Sánchez que no para de hacer graves concesiones sin conseguir ninguna contrapartida por modesta que sea.

Yo he votado por vez primera a Ciudadanos pero no me siento ganador en absoluto por más que la prensa presente a este partido como uno de los «ganadores» de estas elecciones.

Lo dicho, todos los que defendemos la idea de España hemos perdido con el resultado de estas elecciones y los defensores del «diálogo, diálogo y diálogo» más que ningún otro porque donde tenía que calar esa consigna es en Cataluña y no tanto en el resto de España y ha ocurrido justo lo contrario.

No me considero un advenedizo y ya sé que esto se tiene que negociar por más que «mi» partido haya dicho que no hay nada que negociar, pero tengo la demoledora sensación de que Sánchez es un pésimo negociador, pues da de entrada lo que tenía que dar al final. Y Torra sin decir nada, el gesto huraño, los dientes apretados, que no los abre si no es para soltar otro insulto, y la mano extendida recibiendo concesión tras concesión sin decir ni pío y sin poner nada de su parte. Y lo vuelvo a repetir, los independentistas le han cogido la medida a Sánchez.