En el momento que todos hablaban del Coronavirus como tema mono tematico en el mundo, me voy a permitir hacer algunos planteamientos que por apartados de la actualidad informativa, no son menos importantes para el conjunto de la humanidad. Mi enfoque va a ser el de buscar el lado positivo de todos ellos para la vida cotidiana de la gente.

Aparecían fotografías en las que nos mostraban los paisajes de ciudades y montañas sin la contaminación habitual, era como si hubieses regresado al pasado unas pocas décadas antes, los animales salvajes recuperaron hábitats que los seres humanos le llevan disputando mucho tiempo y por último, el aire y la contaminación acústica fue sensiblemente mejor que la que disfrutábamos estos años atrás. En definitiva estuvimos disfrutando de unas vacaciones ambientales que no podemos más que aplaudirlas e intensificarlas en el futuro.

La prostitución, el tráfico de personas y otras lacras sociales disminuyeron de manera significativa, seguramente los emigrantes en España tuvieron una oportunidad de regularizar su situación, esperemos que así sea y se les facilite sus papeles.

La cooperación y solidaridad entre Estados, se han intensificado, salvo excepciones, lo que permite una mejor relación de futuro entre los gobiernos.

El miedo un factor decisivo del control social, desde hace lustros, ha cambiado de bando y aunque a los que nos situamos en el pueblo llano nos sea difícil percibirlo; la realidad es que los poderosos, son los que temen más por su futuro en la actualidad, aunque tengan reservas acumuladas, pero el riesgo de una crisis social les aterra y estarán menos exigentes que en otras épocas pretéritas a explotar a los que cosideran súbditos, más que ciudadanos con derechos. De nosotros dependerá en mayor (o gran) medida el rumbo que tome la sociedad.

En el ámbito político la gran y hegemónica potencia mundial, los Estados Unidos, con Donald Trump a la cabeza, nos ha mostrado dos facetas, como mínimo interesantes y a mi entender positivas, para todas aquellas personas que durante años luchamos contra el imperialismo yanqui y para el conjunto de la población mundial; la primera es que ya no le queda más que el armamento de guerra como único «argumento» de dominio mundial, sus derrotas ideológicas son continuas y permanentes en el tiempo, cada día que pasa se bate en retirada y se va convirtiendo en un país mediocre y belicista. En segundo lugar se ha generado un movimiento socialista muy interesante en su interior encabezado por Berni Sanders que ha dejado huella de permanencia en su población, y pese a la retirada de Berni, el Partido Demócrata ya no será el mismo en las próximas décadas, abriendo la posibilidad real de un cambio de rumbo de esta nación tan poderosa del mundo que comenzaría con la salida de Donal Trump del poder en noviembre.

El largo periodo de confinamiento ha producido en el ser humano, y en las sociedades en general, un cambio de mentalidad y rumbo en relación al consumismo voraz en el que estábamos inmersos.

La tan temida crisis económica está fundada en que los poderosos saben que esta oportunidad que le ofrecen los mercados, de futuros beneficios, después del derrumbamiento de las Bolsas mundiales es al o transitorio y no va a tener continuación a largo plazo y abre grandes grietas en el sistema económico, político y financiero mundial, que inevitablemente tendrá que ser sustituido por otro nuevo, aquí las dudas vendrán dadas por el periodo de transición que durará varias décadas.

Sin apenas darnos cuenta, las clases populares y trabajadoras se han empoderado, se está produciendo en nosotros mismos como individuos una más que posible transformación de nuestra escala de valores para mejor, además seremos más humanos y solidarios con los que nos rodean, ya que se ha demostrado de forma sencilla y elocuente que los verdaderos pilares de la sociedad no se sostienen por el capital financiero, sino por el trabajo cotidiano de miles, de millones de seres humanos que son los que laboran y hacen posible que el mundo en el que vivimos funcione. El reto está en acabar con charlatanes y burócratas de partidos y encontrar a auténticos dirigentes y líderes sociales que le sustituyan y sean capaces de llevar a la humanidad por unos nuevos caminos, no será fácil pero el proceso revolucionario de cambio social, político y económico acaba de comenzar. De nosotros depende aprovechar las lecciones que nos ha facilitado esta crisis y que los visionarios de futuro pueden llevarnos a que el destino final de la humanidad sea otro bien distinto al que vislumbrábamos hasta ahora,. Estos días se ha repetido con mucha frecuencia «unidos saldremos adelante», por lo que el futuro sabemos que pasa por mantener ese espíritu de unidad que hoy en día nos hace más fuertes, frente a un enemigo invisible, pero debemos aplicarlo al amor al ser humano. Una mayoría ha derrocado a una minoría que sigue alimentando odios, rencores, envidias. Como dice el refrán tan español «no hay mal que por bien no venga». De nosotros dependerá el futuro.

*Colectivo Prometeo