Hace un año que Las Palmeras lanzó una angustiosa llamada para reclamar atención a su situación de abandono y a la creciente exclusión social de su población. Y lo hizo con un mensaje proactivo: ayudadnos a hacerlo nosotros mismos, a actuar desde dentro, vinieron a decir sus representantes vecinales a las instituciones. Un año después, se ha avanzado tímidamente en este plan integral para la transformación social de Las Palmeras, pero es necesario un impulso decidido con el que Córdoba demuestre su solidaridad y deseo de integración de uno de sus barrios más deprimidos. Hoy hacemos un balance del periodo transcurrido. La asociación Unión y Esperanza, que lidera el proyecto, espera que las primeras actuaciones sean un parque infantil y otro periurbano al otro lado de la carretera. Eso, en el terreno de lo tangible. En el de lo intangible, pero no menos importante, hay tres mesas de trabajo y apoyo de las universidades. La Universidad Loyola Andalucía formará a los encargados de hacer una encuesta para elaborar una radiografía precisa de la situación de las familias, y la Universidad de Córdoba abordará un plan educativo específico para los vecinos. Son pasos muy interesantes, pero es necesario un respaldo más efectivo de las administraciones, con inversiones y proyectos concretos que apoyen a Las Palmeras y mantengan en sus vecinos la ilusión de trabajar por la recuperación del barrio.