Sabemos que el ciclo de la vida sigue imperturbable y no perdemos el optimismo. Vendrán tiempos mejores. Siempre llegan, después de todo». Así termina el editorial de la revista El Ciervo, firmado por su director Jaume Boix, a propósito de lo ocurrido en Cataluña, «donde la Generalitat y el Parlament han consumado una ruptura con el orden constitucional, rompiendo el pacto que desde 1978 nos ha traído cuatro décadas de democracia, libertades, autogobiernos y nos ha llevado a Europa». La revista editada en Barcelona, en vanguardia siempre de las actitudes más progresistas, revista de pensamiento y de cultura, con Dios al fondo, pone el dedo en la llaga de la situación creada en Cataluña, señalando con precisión lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo, con claridad diáfana: «La división social, la crispación y el descontento que se ha ido gestando en los últimos cuatro o cinco años sin que nadie lo impidiera es un balance con el que ningún gobernante puede estar contento. Es un fracaso para el que descose y para el descosido, para los dos. Abolir o destituir el Estatuto violando leyes y reglamentos, limitando los derechos de la oposición, saltándose el obligatorio dictamen del consejo de garantías estatutarias y mediante una mayoría simple, cuando para una modificación del Estatut se requieren dos tercios de la Cámara, no es admisible». Y es que «la desobediencia que algunos reclaman como un derecho, no da más razón a las aspiraciones dependentistas». la revista catalana propone que «quizá la mejor manera de comenzar a renovar el pacto es yendo a votar por donde se ha roto en unas elecciones con garantías, en las que todos, separatistas, soberanistas, autonomistas, federalistas, centralistas, procuren convencer a más electores con ofertas atractivas, factibles y serias que primen, si puede ser, la racionalidad por encima de las proclamas emocionales”. ¡Menos mal que una revista tan seria como El Ciervo denuncia lo deleznable y apuesta por lo razonable, con la convicción de que «vendrán tiempos mejores». Así lo esperamos todos. Sería una pena despeñarnos de nuevo.

* Sacerdote y periodista