Un año después del brexit, su propuesta para garantizar los derechos de los 3,3 millones de europeos que quieran seguir en las islas tras la salida de Reino Unido de la UE ha sido recibida por el resto de líderes europeos con una mezcla de cautela, recelo y frialdad, pues la consideran insuficente, demasiado vaga y que empeorará los derechos de los europeos en el Reino Unido.H