Al hilo del esperanzador artículo de Javier Cercas en El País sobre Feminismo Salvaje y su declaración de que «Los hombres de mi generación somos machistas por defecto», reflexionaba sobre qué somos las mujeres de la mía y las anteriores, para concluir que tendríamos que ser más feministas, porque no creo que ninguna mujer quiera para ella, ni sus hijas, algo distinto a la igualdad y el respeto. El problema ha sido la connotación negativa que desde el patriarcado se le ha dado al término, por no citar el sectarismo en la política que ha tatuado en nuestro disco duro la ecuación falaz de, o eres de derechas y entonces no puedes ser feminista, o eres de izquierdas y entonces tienes que ser radical, no llevar tacones ni ser rubia y estar peleada con la depilación láser.

Detesto las etiquetas y por eso también la de los hombres que actualmente se proclaman megaliberales y nada machistas y lo son... Y mucho. Hagamos un sencillo test: ¿Le ha preguntado usted a alguna mujer de su entorno alguna de estas preguntas?: A) ¿Es que estás con la regla? B) ¿Y vas a dejar la casa y los niños por ese trabajo? C) ¿No crees que con ese pantalón se te nota mucho el culo? D) ¿Y tú sabes tanto de eso como para opinar? E) ¿Te han ascendido? ¿No te estará tirando los tejos el jefe?

Si usted jamás ha hecho una pregunta de este tipo, usted está a la altura del Sr. Cercas y de D. Quijote; si la ha hecho en alguna ocasión, aún está a tiempo de reflexionar si le gustaría que nosotras le preguntáramos si ha cambiado de humor por estar andropáusico, que le invitáramos a disimular su alopecia androgénica, que atribuyéramos sus progresos laborales a todo menos a su valía, o que pusiéramos constantemente de relieve su ignorancia sobre cualquier tema que no fuera el fútbol.

Si Usted con sinceridad reconoce haber formulado casi todas esas preguntas más de una vez, pertenece a la categoría de macho/alfa que aunque se crea muy liberal --incluso ha llegado hasta aquí leyendo-- en realidad no lo es, porque el respeto a la mujer y el trato igualitario está reñido con preguntas que nosotras nunca le haríamos a Usted y porque aunque la igualdad esté proclamada en una norma, no es real con síntomas tan evidentes de machismo como hacer hoy por hoy esas preguntas.

* Abogada