Celebramos el Día de la Mujer Trabajadora, un símbolo de la lucha de las mujeres trabajadoras por el reconocimiento de la dignidad, lucha que hoy ha de seguir viva. El trabajo debe respetar a la persona en todas sus dimensiones, porque es «la clave esencial de toda la organización social, condiciona el desarrollo no solo económico, sino cultural y moral, de las personas, de la familia, de la sociedad y de todo el género humano» (Laborem Exercens 3). Sin embargo, hoy el trabajo no respeta la persona y su dignidad, relegándola al beneficio económico y generando precariedad laboral, desigualdad, empobrecimiento, violencia contra la mujer... La HOAC y la JOC, como Iglesia encarnada en el mundo obrero y del trabajo queremos decir que:

--No podemos callar ante la injusticia social y la violación de los derechos de trabajadoras/es.

--No podemos permanecer al margen ante la realidad de la violencia contra las mujeres.

--No podemos continuar utilizando lenguajes y prácticas excluyentes, discriminatorias que justifiquen el empobrecimiento y la violencia. Invitamos a la sociedad a implicarnos en la defensa del trabajo digno para que entre todas y todos eliminemos la precariedad, la desigualdad y el empobrecimiento que afecta a tantas trabajadoras/es.

--Exigimos a gobiernos y organizaciones sociales el incremento de políticas de igualdad que reconozcan a la mujer su dignidad, su plena integración y protagonismo en la vida social.

--Hacemos una llamada para avanzar hacia la igualdad en el seno de nuestra Iglesia, a fin de que la aportación femenina enriquezca a la comunidad eclesial como ya proponía el Concilio Vaticano II.

En este 8 de marzo, la HOAC y la JOC, junto a toda la Iglesia y la sociedad entera nos comprometemos en una acción transformadora que nos compete a todas y a todos, luchar por desterrar la violencia económica, laboral, social y cultural contra las mujeres trabajadoras, acompañando sus vidas, sus esperanzas, abriendo caminos nuevos que posibiliten otra forma de vivir, de organización económica y social, y otra cultura que respete la dignidad de las personas por encima de todo.

* Hermandad Obrera de Acción Católica y Juventud Obrera Cristiana de Córdoba