Se utiliza la expresión tasa rosa para aludir a la diferencia de precios que hacen más caros los mismos productos cuando van destinados a las mujeres. El ejemplo más conocido es el de las cuchillas de afeitar: las mismas para hombres y mujeres, pero las de ellas cuestan casi el doble. Algunas marcas, al verse criticadas, lo han corregido, pero es usual en muchos productos, como champús, cremas o desodorantes. Ahora, la firma Idealo, que entre otras cosas ofrece comparativas de precios online, afirma que la tasa rosa se ha disparado para fragancias y perfumes, en los que las grandes casas recargan entre el 6 y el 9%, según los países, el precio para las mujeres.